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nea mas allá de lo que permite el Ente podereso, que con
un soplo te arrojó del lugar de probacion.
á
esa caree! eter–
na, que cierra un acto puro de su voluntad omnipotente.
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legacion apenas comenzada concluye con
la veloci–
dad de la ola, que acomete
á
li;t playa y con rapidez se re–
tira. Dejo Quito y me traslado,
á
una villa que aunque po–
pulosa (Ambato) es un claustro enriquecido de virtudes. Tran–
quilidad, tiempo y la cercania de un sñbio (el D. D. Joaquin
Arauja) que me proporciona
consejo~
y libros, me facilitan
concluir un trabaj.,, que había comenzado cuatro años ántes
·y
que muchas veces se habia interrumpido.
.l\'lEmTé como seria mas útil la obra de Vidaurre contra
Vidaurre. Tratar cada error y combatirlo daba un resultado
molesto, fastidioso, y acaso insufrible en su lectura.-EI mé–
todo de cartas traia consigo el defecto de conexion en las ma–
teri~s,
censura, que con poca razon se hizo
a
las americanas
y
que daria mérito
á
nuevas atinjencias.
El proyecto de un
curso de Derecho Eclesiastico, puede contener mis retracta–
ciones desde los
prolegómenos.-E~te
!>in <luda sera mas útil
á
la juventu(I,
·
los nuevos eclesiasticos.
No se presu,_r · , que cual viajero atolondrado voy
á
cor–
rer de un polo al ' ue to. Ni constítuyo al ,Papa una cuarta
persona de la Dei ad,
ni
rebajo su potestad divina, cual inten–
taron novadores udacEs. T•)do lo procuro arreglar por las
escrituras, tradi.·iones ejitimas, concilios, sentencias de los
PP.
griegos y latinns, <lecretales no viciadas: medíto cada claúsu–
la antes de concluirla. Levanto los ojos de contínuo al gran
libr<', que consultaba Buenaventura-el crucificado.
COMPATRIOTAS l\UOS-llllS AMADOS COJ\IP.\TRIOTAS-ese amor,
que
s1empr~
me mostrasteis hasta el exf'.eso, despues de
rC'–
grPsar de Quito, probadmdo, subscribiendoos
á
una obr.a, que
concluida, me hara dulce la muerte. Concurrid conmigo
á
sa–
tisfacer por mis · errores. Si mi ruego nn alcanza, os ofresco
la sombra de Olavide; él escribió en Europa, yó en Améri–
ca. El nombre de ámbos una la historia.-Aunque muy des–
iguale& en talentos somos muy parecidos en nuestras desgra–
Qia1:1.
M. L. VJDAVRRE.