de
la
Compañia
de Jefus.
169
-,
res
cotner? Effi pierdes ,
lo cotn
rán
tus con1pa..
'
.
, , ñeros;
y quando qu iGeíles comer, n1e
lo
avt~
,, {aras.
Hizo Inas itnprefsion en
el
efta refpueíl:a
'n1eZ–
clada con
defprecio , que
todos
1nis
cariños. Me
hablo ,
rio
conmigo,
tnando
que
me dicífen
de
beber,
y
me regalo algunas efpigas de
Ma1z,
que
te–
nia para })roviíion de fu viage. Teniendo a
1TIÍ
ca~
pitan en
buen
humor, ere! , que no
feria
dificultofo
facarle licencia
de
ir
a
fu Lugar ;
pero no
pude
al aozar, fino que
etnbiarta
a pedir a
fu
Tio,
que
era el Capiran principal, que
llegaífe
do:1de efta–
bamos;
y
en efeéto
ernbio
con
ef\:e
recado uno de
fus
hermanos. Pero la
reípuefia
de fu Tio
fue_,
que
no tenia tiempo para
venir ,
y
que nos rétiraílemos
al punto de fus
tierras.
Tomo el Padre Pons la
de~
!antera
con uno de los dos Indios que nos queda-5
bao,
porque los otros quatro nos havian abando3
nado.
Yo
quede algun
rato tnas con ellos,
hacicn~
do nuevas
infiancias,
pero
Íln
fruto. Tuve,
d fpues
de tantas fatigas inutiles, que bolver
a
tomar
e.J:·
camino
de
Chiquiaca.
Me
cogio
la
noche
en
lo
Bof~
ques,
y
fin
ceffar
cayo
fobre
mi una lluvia
recia,
haf~
ta que amanecio. Efiaban los torrentes tan
in4
chados'
y
rapidos,
que
no
pude paífartos ;
y
haíl:a
el
día figuiente
no
me
junte
con el
Padre
Pons.
Los
quatro Indios, que nos
havian
dexado, fueron
a
pa–
rar
al
Valle
de
las Salinas ·'
y
avifaron al Padre
Lifardi del mal fuceífo de la en1preífa,
y
vi o
a
bufcarnos a la orilla del Rio
Chiquiaca,
donde
ef~
tabamos.
Luego
que
llego ,
bolvieron
a comenzar
las
aguas con mas fuerza que antes.
Catan
los
torren-.
'[om.XlV!
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