·de la
Compañt'a
de
J
efus.
·
1
7
3
proprian1ente hablando, el centro de 1a infidelidad.
Antes de llegar alla,
tuye
que trepar por un
1
Mon–
taña mucho
mas
afpera, que
quant ~cs
ha via
paffa–
do hafta entonces. En la baxada encontrc con he ...
te,
u
ocho
Indios
eLnbofcados, q
e
eran
de
Tarei ...
ri,
l_ugar
que
eíta
a
la
otra ribera del Rio
Picol–
mayo;
pero por
una
proteccion Gngular de Dios,
n1e
dexa ron
paífar fin
decir
palabra.
Entre
en
fin
en
Caifa,
y
viendo fus itn tnenfas catnpiña.;, que fe
pierden de vifia , 1ne parecia que cfl:aba en
un
nuevo
n1undo.
Los
dos
Capitanes del
Lugar
tne
recibieron
bien,
y
me hablaron, como que efeétivamente que•
rian fer Chriíl:ianos. Conocia
muy
bien, que lo
que
decian
era
ficcion ,
y
artificio; pero
hice
como
que no lo entendia afsi;
y
les dixe, que para que–
darme
con ellos,
era precifo fabricarme
una
choza::
convinieron
en
ello,
y
dos dias defpues pufieron
manos
a
la obra. Iba
yo
n1ifmo
a
cortar
la
made–
r-a,
y
bolvia de mas
de tnedia legua cargado
de
cañas. Me portaba como que no defconfiaba de
fu
finceridad : havia defpachado
a
uno de los dos
In~
dios
hafta el Valle
de las Salinas,
para que
metra~
xeífc algunos
1nuehles,
y
regalillos que les queria.
hacer , eíl:ando efiablecido entre ellos. En todo
eíl:e tiempo no tenia hofpcdage , fino el techo dé.
paja, que eíl:aba enmedio de la Plaza, donde
to~
maba
n1i
tal
qual dcfcanfo de noche; pero eche de
ver'
que durante el fueño me hurtaban
ya
una
có~
fa, ya otra. Defcubr1 poco defpues ., que no
habla~
han fino de la buelta del Indio,
y
que daba
a
enten~
der , que fu animo era coger el bagage,
y
darme
defpues la
muer~~!.
Tuve tambJe!"!
no~!~ia,
que
azi~
... .
~1