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a1·taJ
de las
Jvlifsiones
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alguno
'l
fu en
uentro;
y
que hav· en iole
efpera–
do
inntilmcnte do
dL.1s
con
fus
nocl.e ,
fe
ha
iat
en
fi
r
tirado:
por
tra
parte, procedían
con tln–
ta
lentitud
en la e nftrllcci n de
:ni cabaí a, que
bien fe
conociJ.,
que
no
pretendian
fi ..
1o
entrete–
nerlne.
l~ome,
pues,
la
rcfol ueion de
falir
por
algun
tiempo del Lugar,
y ton'"' p r pretexto la in
ie–
tud, que me caufaba la
larga aufencia
del Indio,
que
ya
debia
eftar
de
buelta.
Les
dixe , que bol ,e...
r1a antes que
pcnfa~
n;
y
por r tnto, que con
.:11-
yeffl
1
quanro antes la
choza ,
para
qu _
to
o efl:u–
vieffe
difpueil:o a
lDi
llegada.
Conocl
ue
no
eaa–
bJn
contentos ,
y
le1a
en
fus ojos
el
tetnor
que te–
nian de que fe les
efcapaífe
la prefa,
Partt
de
Caí-–
fa
un poco antes de la n ehe,
para
evit
t·
l s a..
4
1ores excefsivos
del
clitna.
T ve cau po · cierto,
que fería
aquella
noch
la
ultima de
1ni
vi la;
'l
mas
quando tuve que
trepar
a pie
por la
efcarpa–
da
montaña,
que
efl:a
entre
Caifa
,
y
Car4pari.
Ef-
aba bañado de fudor
7
y
atormentado de una
cruel
fed. Mi debiliad era tan grande, que apenas po..
dia decir
dos
palabras al Indio que me
acompaña~
ha ;
y
ha
viendo
andado
muy
poco, tuve que
echar~
me en
algunas
ratees de
arboles
para defcanfar,
Y,
tolnar
aliento. El
ayre
era como un fuego,
y
no
ceffaban los relampagos.
Aunque
efiaba fin
abrig~
alguno , defeaba con muchas anfias ,
que
def~
cargaífe
la
tetnpeíl:ad en agua ,
para
poder recoger.
un poco. Como no me era p0fsible caminar
,
mon..
.' en mi mula, con peligro
de
rodar
a
cada paífo
r · horrorofos preci¡Jicios. Me protegió Dios,
j
CQl)