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66
Cartas 'de las
Mifsiones
cicios ,
para pedir
a
Dios,
que hendixeífe
nuelt~
·C 11)
prcffi .
Aunque
fueron inutiles
nuefrras
fatigas,
y¡
continuos
peligros~
no .dcxare de referir a
V4
R.
il1ueíl:ro
viabe ;
y
por
el
con
cera
1o
que
cofto
.x
nue.fl.ros antiguos
Mifsioneros
juntar tantos Barba-,
ros ,
y
fixarlos en un gran 11umero de
Pueblos~
Acabados .los Exerc"icios ,
y
prevenido
lo neceila-1
rio
p-1ra
el viage
~partimos
todos
tres
de
Tarij~
para
Ytau
,
pr.irne ra
Pob!acion
de los Infieles ,
Y¡
dHl:ant e
co ,ur
fefenta
legu:.1s.
Nos
.acompañabaa,
{ei
nJios
Neophytos.
El
camino,
que .hafl:a
en-1
tonces
haviamos hecho en el Tucuman
~aun
fien1
do
.t¡tn malo,
nos
parec1o
una delic-ia ,
con1para~
.do e n el que
encontran1os
en el Pais de
los
Bar-t
b, ros. Teniatnos que trepar por Montañas
fuma-1
mente eC arpadas ,
y
cubiertas
de ef
pefos bofques,;
y
ca
1
i
-n_penetrables :
n
podiamos
dar paífo,
lin~
abriendo
con la ha:ha en 1a mano.
Nos
fervian
las
mu las folamente para llevar
las
provjfiones~
y
paffar los
torrentes ,
que
corren
con
itnpe.tuo~
i~daJ
entre
los
montes.
Nos
poníamos
en
marcha
al
amanecer ,
y
al
ponerfe
el
Sol haviamc>s
an ....
ado folamence tres leguas. Llegan1os en fin
al
Valle
d.e
las Salina-s. Allr fe
detuvo el
Padre Li–
fardi
con
un
C a
pitan de
los
Chiriguanis
,
que era
hriHiano ,
y
quien
no
queriamos exponer
al
furor.
de fus
coTJpatriotas,
que
n1uchas
veces le havian
a tnen:.tzado
con
la
m
u rte.
Segujmos
nueftro
catnt.-.
no el Padr
ons ,
y
yo ,
hafra
el
Valle de
Chi·-:
quiaca
,
donde vin1os la triíl:es ruinas de la Mi fs i n
.cleíl:ru1da
p
r
los Infieles ,
y
lJs tierras
-regadJs
ton
1~
fangre de
lq~
M![
i
1~
ros
deg
liados.
Jaf~
ca~