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LA INQUISICION DE LIMA

galan

y

de lindos hojos,

y

de lindo rostro. Y despues un

dia o dos, poco mas o n1énoR, pidió el dicho Alcayde a

eBta declarante una sobrecama suya para ponella por so–

bremesa, y una alfombrita,

y

un bufetillo

y

una siJla,

y

lo

rnetió en las cárceles, diciendo que no hcra 1nenester mas,

por que el secretario se sentaría encima de la cama del

preso,

y

esta declarante se la dió,

y

ele allí a dos o tres

horas, poco mas o ménos, bió esta declarante que salió el

dicho Alcayde santiguándose y haciendo grandes estremos

y

diciendo en presencia de ésta, que estaba en la cocina,

J

esus,

J

esus, repitiéndolo muchas veces y santjguándose,

y

bolviendo a decir esto a

y

eu Lima, Jesús, todos los pe–

rritos

y

gatitos de la casa de Manuel Bautista., an de ve–

nir a comer la olla deste Santo Tribunal,

y

así por esta

vez

y

otras que le oyó decir lo rnismo esta declarante al

dicho Alcayde, supo mas de quince dias ántes que le avian

de prender al dicho Mauuel Bautista., como le prendieron,

y

lo mismo supo de todos los demas que por entonces se

prendieron, porque los nombraba, aunque esta declarante,

como no los conoce, no se acuerda ele sus nombres,

y

si

fuera por alguna muerte

y

no por cosas del Santo Oficio

y

no temiera a Dios, pudiera esta declarante avisar a to–

dos que los avian de prender en este Santo Oficio,

y

en

particular se acuerda que le dijo una noche a esta decla–

rante el dicho Alcayde, aviendo salido de las cárceles,

estando en la sala de su casa, que si la pesara a esta decla–

rante de ver en las cárceles algun conocido desta deelaran–

te, y ésta le dixo qué quien seria, por que no conocía a

ningun portugues, sino hera a Antonio Lopez que yba a

España, casado con una amiga de esta declarante, llamada

doña Antonia Melgarejo,

y

entónces le dijo el dicho Al–

cayde a esta declarante que el dicho Antonio Lopez hera

judío,

y

que se hiva huyendo por que no le prendiesen,

y

de ay a dos dias le volvió a decir en la cocina, a. las doce

del dia, que si biese en aquellas cárceles algun hombre que

huviese hecho bien a esta declarante y que la hubiese

bisita.do

allí en casa del dicho Alcayde, que si le pesaría,

y ésta le dixo, que sí pesaría como fuese judío, pero que

si no lo hera, que no le pesaria,

y

el dicho Alcayde la

replicó, pues ya sabe quien es,

y

ésta le dixo si pues