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LA INQUISICION DE LIMA
en los dominios españoles. Penetramos hasta los calabozos,
que hallamos todos abiertos i vados, i que, aunque dimi–
nutos, no eran del todo incómodos para ser prisiones. Al–
g.unos
~enian
un pequeño patio anexo; otros, mas solita–
nos, ninguno.
11Habiendo examinado todos los rincones de tan miste–
riosa prision, nos retiramos ya de noche, llevándonos li–
bros, papeles, disciplinas, instrumentos de tortura, etc.,
etc., muchos de los cuales se repartieron en la puerta, es–
pecialmente varios de los pañuelos criminosos.11
A consecuencia de este atentado, se mandó por el Virei
publicar bando i por el Arzobispo se fulminaron censuras
para que los asaltantes devolviesen los papeles i especies
sustraídas, disposiciones que produjeron tan buen resulta–
do que el menoscabo de papeles pareció de mui poca con–
sideracion.
20
Siguióse, con todo, pagando sus asignaciones
~
los mi–
nistros
d~l
Tribunal, con escepcion de Piélago que habia
aceptado el correjimiento de Canta i algun otro emplea–
do subalterno
21 ,
hasta que Fernando VII mandó restable–
cer nuevamente los Tribunales de la Inquisicion, por de–
creto de
21
julio de
1814,
que insertamos aquí segun el
testo de la copia que se envió al Presidente de Chile.
nEl Rey nuestro señor se ha servido expedir el decreto
siguiente-El glorioso título de católico con que los reyes
de España se distinguen entre otros príncipes cristianos,
por no tolerar en el reyno a ninguno que profese otra reli–
gion que la católica apostólica romana, ha movido pode–
rosamente mi corazon a que emplee, para hacerme digno
de él, quantos medios ha puesto Dios en mi mano. Las
turbulencias pasadas y la guerra que aflixió por espacio de
seis años todas las provincias del reyno; la estancia en él
por tanto tiempo de tropas extrangeras de muchas sec-
20.
Carta
citada de Moreira. Entre otros objetos, faltaron cinco pa–
res de grillos, dos de bragas, un potro apolillado de madera, once aspas
i
medias aspas, diez i seis corozas, tres pares de mordazas, diez
i
seis ve–
las de cera verde i treinta i cuatro cajones para embarcar metálico. La
urna de plata en que se llevaban las sentencias a los autos se perdió tam–
bien, devolviéndose solo una de sus abrazaderas.
21.
Id.,
id.