Previous Page  355 / 524 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 355 / 524 Next Page
Page Background

CAPÍTULO XXVI

347

Castillejo, y don Diego de Heslés Campero, brigadier de los

reales exércitos

de S. M. y s

ecretario de cámara del Exmo.

señor Conde de

Superun

.da, virey de Lima.

11Fenecida la lectura de las causas y sentencias, baxaron

del pavoroso cadalso dos de los reos que tenian el hábito

penitencial a media aspa, y puestos de rodillas cerca de la

mesa que estaba junto a las dos sillas, que baxo del dosel

servían de respetoso asiento a los señores inquisidores, to–

caron con. las manos la cruz y libro de los Evangelios, ha–

ciendo abjuracion

de vehementi,

que les repetía don Jo–

seph de Arezcurenaga, secretario del Santo Tribunal.

Puesto entónces en pié el señor visitador, doctor don

Pedro á_ntonio de Arenaza y Gárate, con estola morada

al cuello·, recitó en el Manual Romano . las oraciones pre-

'. "Venidas pata ' casos semejantes,

t;t

que acompañando el

himno

Veni Creator Spiritus,

d.evotamente entonado por

la

rel·ig~o~a

comunidad, hizo

a

1

~o~ . r~os,

J?Ostrados en su

presenc1a, las preguntas de est'I>lo

~ ·p:t;.~ven1das

en el cere–

monial;

y

repitiendo despues la misn\a comunidad el sal–

mo

d~l

Miserere,

destinado a la penitente ceremonia, seis

religiosos sacerdotes, revestidos con sobrepellices, hirieron

con unas varas las espaldas de los reos. Acabado, pues, el

último versículo del expressado salmo, les absolvió el se–

ñor vi'3itador, segun la fórmula del mismo Manual

y

sa–

grada costumbre que se observa en iguales ocasiones. Ter–

minada esta ceremonia, conduxo el alcaide cuatro reos, que

en presencia de los señores, arrodillados como los otros,

pronunciaron la abjuracion

de le1Ji,

que les leyó el mismo

secretario;

y

assí reconciliados con la Iglesia por medio de

la absolucion y arrepentimiento, prosiguió la missa que el

celebrante babia suspendido miéntras hicieron la detesta–

cían

y

abjuracion de sus delitos, conforme la naturaleza

de ellos,

y

llegando al

).._';anctus,

encendieron las velas verdes

que tenian en las manos; despues, postrados delante la

peña del altar, las ofrecieron al sacerdote, besándole la

mano, luego que terminó con toda la accion del ten1plo el

sacrosanto sacrificio de la missa.

·

11 Concluidas estas sagradas demostraciones en la iglesia,

que recibe en su gremio a los apóstatas de la fe, cuando

reconciliados por mano de la penitencia se reunen

á

ella,