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LA INQUISICION DE LIMA
padrinos don Antonio Bansi, gentilhombre del Exmo. se–
ñor Virey, y don J ustino Solórzano.
nJuan de Loyola Raro de Molina, natural de la ciudad
de lea, donde obtuvo los honrosos empleos de maestre de
campo del batallon y varias veces de alcalde ordinario,
siendo de primer voto en su lll1stre Cabildo y ·Regünien–
to, de poco mas de sesenta años de edad, de estado solte–
ro, que presso por este Santo Oficio murió; salió al auto
en estatua, y estando en forma de inocente, con paln1a en
las manos y vestido de blanco, se le leyó su sentencia ab–
solutoria, dándole por libre de los delitos de heregía
y
ju–
daísmo, que por maliciosa conspiracion y falsa calumnia
se le imputaron. Restituido, pues, al buen nombre, opi–
nion y .fama que ántes de su prision gozaba, se mandó sa–
liese en el acompañamiento, entre dos sujetos distinguidos
que el Santo Tribunal señaló para que le apadrinasen en
la procesion de reos, y que al tie1npo de actuarse la fun–
cion en la iglesia, se colocasse la estatua en ·medio de lo
mas calificado del concurso; que levantados cualesquiera
secuestros y embargos hechos en sus fincas y bienes, se
entregassen del todo, segun el inventario que de ellos se
hizo cuando se secuestraron; que si su hermano, sobrinos
y parientes quisiessen passear la estatua por las calles pú–
blicas y acostumbradas, puesta en un caballo blanco her–
mosamente enjaezado, le executassen el dia siguiente al
auto en que los ministros del Santo Tribunal habían de
hacer cumplir la pena de azotes que se impuso a cada reo,
y que en atencion a haberse, de órden del Santo Tribunal,
sepultado secretamente su cadáver en una capilla de la
iglesia de Santa María Magdalena, Recoleccion de Santo
Domingo, pudiessen exhumarlo para hacerle públicas exe–
qp.ias,. trasladándole al lugar que por su última voluntad
señaló para su entierro,
y
que a su hermano y parientes
se despachasse'n testimonios de este hecho para que en
ningun tiempo la padecida calumnia les sea embarazosa a
obtener los mas sobresalientes empleos, assí políticos, co–
mo cargos del Santo Oficio, honrándoles el Tribunal con
las gracias que juzgare proporcionadas para comprobar la
inocencia del espressado don Juan de Loyola, difunto.
Fueron sus padrinos · don Fermin de Carvajal, conde del