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CAPiTU:LO XXV

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aseguraba se habia adueñado del Tribunal, tJp.orque se di-

. rij e su maldad a sofocar mi paciencia

y

ver si

logr~n

aca–

bar conmigo, por que no haya quien saque a luz sus vio–

lencias, injusticias

y

tropelías,

y

la suma decadencia,

deshonor

y

desautoridad a·que ha llegado el Tribunal,

mayormente con haberse hecho los padres de la Compañía

árbitros de la voluntad de dicho visitador

y

su compañero

Amusquibar, quienes reputándolos en gran precio

y

uti–

lidad, han resignado su voluntad en ellos, de forma que

hoy se gobierna la Inquisicion por este conducto, sin que

haya para ellos Inquisicion, ni para los que son de su

afecto

e

inclinacion.

~~~:l

La condicion de los reos, en medio de todo este desba–

rajuste, era lamentable, sin habérseles concedido siquiera

una sola audiencia, "pareciendo por esas calles sin esperanza

de su despacho, y valiéndose de muchos de ellos los minis–

tros para sus fábricas particulares." Con el temblor grande,

en efecto, ocurrido en octubre de

1747,

las casas de la Inquí–

sicion se habian arruinado, aprovechando de ellas Arenaza

solo algunos materiales para labrar su vivienda, "fuera

de lo que usurparon los peones, que daban los palos que

valían diez

y

doce pesos, por cuatro reales, y su soldado

no dejó cosa perteneciente 'al Tribunal que no vendiese

sus maderas.

11 24

Así, hubo que trasladar la Inquisicion nal

patio de un eolejio ·particular, fabricándole de firme Inu

y

estrecha e incompetente, pero a convenieneia, aeompaña–

da

y

resguardada de costados de faplilias de a1nbos sexos,

sin mas resguardo que una leve quincha,

y

que para el

despacho

y

audiencias de fe, se lleven por las calles los

reos

y

ministros, que da horror el sacarlo a consecuen-

25

c1a. ,,

Calderon, que, como es de suponer, mantenía buenos

ajentes en Madrid, hallándose en las circunstancias di–

chas, recibió por la via de Potosí, noticias del fallecin1ien–

to del inquisidor ieneral Orozco, que era el que babia

confiado sus poderes a Arenaza, i con ésto encontró bas-

23.

Carta de

6

de enero ele

1746.

24.

Id. citada de Oreña de

8

de agosto de

1748.

25.

ld. de Unda ele marzo de

1748.