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íNQUISlClO:N DE LlMA
un pretesto para que su a.migo Arenaza siguiese disfrutan–
do de los bienes que a él se le tenían
erubargados
2
~,
aseve–
racjon calurnniosa para Manso, pues tan pronto como el
que eso escribía llegó a Lüna, se había ido a vivir a la
chacra que comprara con título de rnera hipoteca i que en
esos precisos n1o1neJatos aeahaba de desocuparle el arren–
datario a quien se la tenia e'ntregada.
11Siendo preciso tómar alguna providencia, espone el .Vi–
reí, hic.e concurrir al señor A.renaza con los Inquisidores,
y
htilicjéndoles .saber que la visita no podia actuarse por la
falta de persona que aceptase la comision, despues de una
larga conferencia, quedó
~cordado
que a los inquisidores se
les
dese1nbarga~en
sus bienes
y
que asistiesen al despacho
elel Tribunal
y
se suspendiese toda actuacion de vjsita has–
ta que el señor Inquisidor
J
eneral resolviese con su noti–
cia. El señor Arenaza · presidia el Tribunal en virtud de
las facultades que se le dieron,
y
aunque clespues de algu–
na
1~esistencia
me prometie.ron los inquisidores asistir con
él al desptbcho ordinario, no lo ejecutaron
30
."
·
.
Continuó así el Tripunal, como de ántes, a cargo del
V~isitador
i
Amusquibar, pues
lT
nda fallecía el
2
7 de 1nayo
de ese misn1o año .de un ataque de apoplejía que le habia
acometido estando de visita en casa de un con1padre suyo
con cuyas hijas 'estaba sindicado de hallarse en mala amis–
tad, siendo enterrado tan tristemente que Calderon se es- .
cusó de asistir a su inhumacion diciendo que
''SU
compa–
ñero hahia muerto como habia vivido."
Por fin, en .virtud de disposicion del Consejo de
12
de
dicietnbre de
1749,
que se recibió en Lima a fines del año
siguiente, se n1andó suspender definitivamente la visita,
embarcándose Aree.aza en el Callao el
11
de agosto de
pues de trabajar en negocios tan graves
y
laboriosos, solo se podia es–
perar la pérdida del honor
y
la reputacion,
y
que no se pondrían en tér–
minos de busca,r enemigos tan poderosos, habiéndose puesto la cornision
en estado de no ser posible evacuarla sin ofensa de alguno.))
Memorias
de los Vireyes,
lug. cit.
29.
Carta
de
15
de marzo de 1748. Manso se inclinó manifiestamen–
te a favor del visitador, calificando a Calderon de insolente i provoca–
dor i atribuyendo su resistencia a .salir de Lima a la esperanza que
abrigaba de poder continuar en el Tribunal.
30.
.
J1ernorias de los Vir·e?/es,
lug. cit.