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LA INQUISICION DE LIMA
señor Conde de Superunda, virey de estos reynos, quien
informado ele lo que se trataba executar con los apóstatas
y enemigos de nuestra santa fe cathólica, mandó que sus
soldados y guardias estuviessen a las órdenes de los seño–
res del Santo Tribunal.
"El siguiente dia, que . fué el quince, don Joseph de
Arezcurenaga, secretario mas antiguo del Secreto, puso
en noticia del R. P. F. Bernardo Dávila, prior del con–
vento grande de predicadores, la comission que llevaba de
los señores Inquisidores, para la celebridad del auto par–
ticular de fe que habia.n determinado hacer en su iglesia
de nuestro padre Santo Domingo, como era de costun1bre.
Y al punto, con la órden que para ello dió el R. P. prior,
se previno el ma.gestuoso templo de los aparatos necesa–
rios para el cumplin1iento de la funcion que se esperaba.
11El dia dieziseis, don Anclres de Muguruza, nuncio y
alcayde del Santo Tribunal, vestido de terciopelo negro a
lo n1ilitar, con costosa venera
y
hábito del Santo Oficio, y
montado en un generoso bruto vistosamente enjaezado,
hizo publicar por las esquinas y calles que habian de ser
tránsito precisso a la procession de reos, el pregon si–
guiente, que decia assí, en voz del pregonero:
"Manda el Santo Oficio de la Inquisicion que
todo~
los
vecinos
y
habitadores de las casas
y
tiendas de las ca–
lles que corren desde dicho Santo Oficio hasta la iglesia
de Santo Domingo, las lirnpien
y
barran para el do–
rningo diez
y
nueve del presente mes de octubre, en que
ha de ser la procesion del auto particular-, pena de diez
pesos
y
otras arbitr-arias.
·
" En este mismo dia, el licenciado don Bernardino Fer–
nandez Quixano, presbítero, portero del Santo Oficio, hi–
zo el convite de parte de los señores a toda la nobleza
de esta ciudad, para
~ue
precediendo ]a solemnidad del
juramento que en semejantes ocasiones se acostumbra,
viniessen con insignias de ministros
y
familiares a autho–
rizar la funcion con suf:l personas, como lo executaron to–
dos los mas calificados
y
distinguidos sujetos, acreditando
eon su asistencia el zelo de la religion y el culto que se
debe al Santo Tribunal de la Fé en venir con las órdenes
de sus sagrados y venerables jueces
y
ministros.