UAPÍTULO XXVI
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cido acompañamiento de ministros
y
nobleza otro trozo
de caballería, que marchando de retaguardia, embara–
zaba el bullicio y tropelía de la numerosa plebe, que
atrahida de la curiosidad, sobrevenía a la procesion.
"Assí se encaminaba desde las casas del Tribunal hácia
]a iglesia de Santo Domingo, formada la procession, quan–
do llegó a la plaza mayor, donde miran las galerías del
palacio, en que ya el Excelentísimo señot Virey, que por
el justo recelo de los temblores, que aun hasta hoy se re–
piten, no assistió con algunos sef1ores de la Real Audien–
cia, que le acompañaban, miéntras passó el Santo Tribu–
nal de la fe, estuvo en pié, acatándole con el mas debido
rendimiento, que inspiraron a su ánimo cathólico el celo, la
piedad
y
la religion;
y
los señores délle correspondieron,
guardando las ceremonias y etiquetas de su dignidad y
empleo.
"Luego que se acercó este admirable espectáculo a la
plazuela del referido templo, la infantería, que guardaba ·
su cementerio y puertas, se puso en dos filas, estando a la
derecha su capitan, el teniente coronel don Manuel Au–
gustin de Caycoegui y Aguiñiga, caballero del órden de
Santiago, para que por el medio del centro que ocupaba,
passasse la procession a tomar las puertas, donde el R. P.
Prior, con toda la venerable comunidad de predicadores
recibió y ministró la agua bendita a los señores Inquisi–
dores, que al entrar, deponiendo los chapeos, tomaron los
bonetes. Y assí, acompañados de la religiosa comunidad,
subieron hasta el presbiterio, de donde despues de hec4a
oracion al augusto sacramento del altar, pasaron a ocupar
las dos sillas, que con igual número de almohatlas a los
piés, de terciopelo verde, estaban al lado del evangelio,
puestas baxo de un dosel del mismo género, en cuyo me–
dio se veian de realce y fabricadas de oro bordadas las
armas del Santo Tribunal,
y
por delante, un bufete cubier–
to de rico terciopelo verde, con su :flecadura y alamares
en que estaba una imágen de Cristo crucificado sobre el
libro de los quatro evangelios, unos tinteros con su cam–
pañilla
y
la caxuela con las causas
y
sentencias de los
reos. En la misma línea en que se puso el dosel, se colocó