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CAPÍ'l'ULO XXII

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rines,

y

generalmente deseaban todos excederse en la cele–

bridad de esta noche.

u

La religion de Santo Domingo se esmeró en los fuegos

y

con especialidad en el adorno de sus torres, con que to–

da la ciudad estuvo muy regocijada.

u

El dia siguiente por la mañana concurrieron en las

casas de esta Inquisicion todos sus ministros, compitién–

dose los seculares en galas

y

libreas; pusiéronse en ala

mas de cinquenta coches, en que se acompañaron al Tribu–

nal, que salió a las nueve a la iglesia de Santo Domingo,

donde le recibió el provinc¡al y su comunidad con el ob-

sequio que acostumbra.

.

11Era tan numeroso el concurso, que con mucha dificul–

tad pudo entrar ·en la iglesia

y

llegar a sus sillas, que se

pusieron en el presbiterio del altar mayor: ocuparon los

1ninistros las dos bandas de el crucero, cuya modestia

y

compostura fué el mayor ornato de la fiesta: la iglesia, que

es uno de los mas capaces

y

sumptuosos templos que hay

en esta ciudad, estuvo toda alfombrada; los veinte y seis

altares que la componen se adornaron de riquísimas lámi–

nas, flores y otros sobrepuestos de argenterías de oro y

plata, tán brillantes, que apénas se dejaban percebir de la

vista: en el altar mayor ardian mas de trescientas luces

en b_landones y candeleros de plata curiosamente labrados:

en medio se colocó la imágen del santo en un lienzo de

primoroso pincel, cubríale un velo de ·tela carmesí con flo–

res de plata·, servíale de marco un hermoso íris de flores

de

s~da

y oro, unas imitadas y otras superiores a las na–

turales: adornóse el coro de hermosos lazos de tafetanes

de diversos colores; ocupaban los blancos espejos cristali–

nos y láminas en cristal: el comedio de el crucero se com–

puso de bufetillos de plata, que sirvieron a los perfumado–

res, pomos y pebeteros, que en copioso número exhalaban

suavísilnos olores.

11Asistieron en una de las tribunas de la iglesia, el Vi–

rey y su consorte, Condes de Santisteban. El alguacil ma–

yor don García de IIíjar y Mendoza, caballero del órden

de Santiago, acompal).ado de ocho familiares, colocó el es–

tandarte de la fee (que estaba en la sar-ristía) en, el altar