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LA INQUISICION DE LIMA
esperimentaba las mismas torpes complacencias
i
nefa.rios
goces como si realmente cohabitase con él.
Ambrosio Vellido, clérigo de menores, residente en
Guamanga, que por ciertas preguntas que hizo al Comisa–
rio de su pueblo, fué condenado a qúe oyese la lectura de
su sentencia en el Tribunal, a puertas abiertas.
Don Juan de Mijancas, subdiácono, natural i vecino
del Cuzco, por haber celebrado misa i oido de confesion.
Fr. Vicente de Santa María, lego franciscano, que se
denunció de que desde la edad de siete años llamaba al
demonio para que le facilitase dinero i le favoreciese en
sus amores, firmándole cédulas en las que renegaba de
Dios
i
sus santos; aunque añadió que babia pretendido
engañarle, ayunando por consejos de un brujo, nueve
dias ántes de ir a cierta cueva donde debia tener lugar la
cita, i arrojando en ella un gallo blanco, unos grillos para
que se aprisionase i un hueso de difunto con cierto en–
voltorio que le diera su amigo el brujo i que no sabia pa–
ra qué babia de servir en aquel lance.
:Fr. José Jimenez, conocido bajo otros dos nombres, le–
go franciscano, que despues de asesinar a un cofrade, se
escapó para el Cuzco, celebrando varias misas en el canü–
no, por lo cual abjuró.
de levi
i fué desterrado a Valdivia.
Fr. Pedro de Castañeda, corista del convento de Predi–
cadores de Lima, de dieziocho años,
q~e
habia ofrecido su
alma. al diablo, a condicion de que le proporcionase cien
pesos en cada mes.
Fr. Juan José de Zamora, lego domínico, que hizo otro
tanto, pidiendo en cambio que le diese el diablo habilidad
i le hiciese aventajar a sus condiscípulos en el estudio de
la lójica, por lo cual fué declarado apóstata i hereje; Fr.
Martin Ramirez, tambien lego de Santo Domingo, que se
casó en Guamanga, i :B..,r. Andres de Mayorga, lego merce–
nario de Chuquisaca, que diputado para pedir limosna,
se permitió celebrar algunas misas; Nico]as de Aguirre
Calderon, subdiácono, que en Trujillo hacia de confesor;
i Fr. José Luque, relijioso franciscano de Lima, que dijo
dos misas en un dia; abjuraron
de levi
i llevaron las pe–
nas de estilo; i por fin, el jesuita chileno Juan Mauro
Frontaura.