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cAPÍTULO XXÜ
de tonos
y
letras, cuya dulzura hizo breve la tarde, aun–
que se acabaron con el dia, que fué uno de los mayores
y
mas lucidos que ha tenido este reino, y durará siempre la
n1emoria de su ostentacion
y
grandeza.
"Los prelados
y
comunidad de Santo Domingo salieron
acompañando al Tribunal hasta la puerta del cimenterio
a dejarle en el coche,
y
llegando a las casas de este Santo
Oficio, con el lucido acompañamiento de sus ministros,
ocuparon la sala de audiencia, donde el doctor don Cristó–
bal de Castilla
y
Zamora, inquisidor mas antiguo, les agra–
deció con singular discrecion las asistencias de este dia,
que sea para mayor honra
y
gloria de Dios nuestro Señor,
y
exaltacion de su sancta fee cathólica
2
."
Poco despues ele verificada esta fiesta, se recibia en Li–
ma la noticia del fallecimiento de Felipe
IV,
cuyas exequias
celebraban las autoridades i relijiones "COn tanta pompa
y
solemnidad, que se tiene por cierto que en parte ningu–
na de Europa se ha hecho con mas ostentacion y apara–
to:l." Acostumbraba el Santo Oficio celebrar las ceremo–
nias de esta. especie en la capilla, pero por hallarse por
entónces en mal estado, resolvió valerse para la fiesta que
proyectaba i en que no quería que nadie le aventajase, de
' la iglesia del monasterio de la Concepcion, que se hallaba
situada solo a cuadra i media de distancia, fijando para la
celebraeion el dia
28
de setiembre del año de
1668.
Para
el efecto, colgóse el templo de telas de damasco negro, con
flores de plata, de Sevilla, con franjas interpoladas de
sargas anaranjadas, i a la puerta, debajo de la imájen de
la Vírjen, un marco de oro enlutado, en cuyo centro se
veian dos coronados leones, con inscripciones latinas, en
prosa i verso, alusivas a las circunstancias.
u
na vez terminados los demas preparativos, salieron
los Inquisidores acompañados de sus principales ministros,
2.
Relaciqn ele la fiesta que celebró el Tribunal del Santo Oficio, etc.
Tres años mas tarde trató el Santo Oficio de impedir la procesion que
se hizo a Santa Rosa, fundándose en que para ello no había autoriza–
cion en la bula de canonizacion, pero
no.seatrevió a ponerlo en prácti–
ca, porque pareció «materia de mucho ruido prohibirlo.»
Carta de
17
de
junio de
1669.
3.
Carta de los Inquis·iclores ele
16
de noviembre de
1666.