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LA INQUISICION DE LIMA
toros, torneos
y
con1edias, gue se estimaron, aunque no se
admitieron.
11
Convocó el Tribunal en su sala de audiencia los prela–
dos de las religiones,
y
lo mas lucido de sus ministros
y
familiares, con quienes dispuso el culto, solemnidad
y
ador–
no de la fiesta; señalóse para el dia diez
y
siete de septiem–
bre, que fué el de su glorioso tránsito, como se expresa en
la bula de su beatificacion, a que se refiere el órden de
Vuestra Alteza.
11 Miércoles diez
y
seis de septiembre, víspera de este
dia, al punto de las doce, comenzó el repique de campanas
(que duró por espacio de una hora) en la cathedral, reli–
giones, parroquias
y
monasterios, cuyo número
y
conso–
nancia despertó la devocion de los fieles.
11 A prima noche repitió el repique, coronáronse las to–
rres de luminarias y fuegos, el Arzobispo y Cabildo ecle–
siático
y
secular adornaron de hachas sus balcones,
y
los
ministros del Santo Oficio,
y
a su exemplo, mucha parte de
la ciudad, con ostentacion de luces, fuegos
y
candeladas,
y lo mismo hicieron las religiones
y
parrochias en sus igle–
sias y torres.
11El Tribunal dispuso en su plaza singulares invenciones
de fuego,
y
entre otras piezas, hubo una en que se manifes–
tó el alma del Santo, que salió de su cuerpo a vista de los
que le martizaron, y por la parte superior, se demostró un
rótulo de letras de fuego que decia,
Ora pro
nob~:s,
beate
Petre,
sin otros muchos que por mas de hora y media se dis–
pararon a mano: ardían veinte hachones de resina, y en
los balcones de los Inquisidores doctores don Cristóbal de
Castilla
y
Zamora, y don Juan de Huerta Gutierrez, mas
de sesenta hachas, con mucho número de luminarias en
todo el contorno
y
circunferencia del Santo Oficio, clari–
nes
y
chirimías; en las dos galerías del inquisidor doctor
don Alvaro de !barra, se pusieron quarenta hachas,
y
en
el terrado muchas luminarias eri forma de estrellas, cruces
y soles, que por la variedad de luces
y
colores eran muy
agradables a la vista; en las quatro esquinas de su calle se
disparó un castillo de fuego, haciéndole ántes la salva co–
pioso número de cohetes: tocaban a competencia dos cla-