CAPÍTULO XXII
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aun hoi dia se lee con jeneral aplauso
6
,
i
el de un papel
manuscrito que se atribuyó al domínico Fr. Antonio Me–
lendez, en que pintaba los peligros que eneerraban para la
monarquía las grandes riquezas que ibfl,n atesorando los
jesuitas en América, i que concluía con unos ver-sos que
decian así:
Puntos aquí se dejan necesarios
Por volver a vosotros, hombres sábios,
Doctós, ingeniosos;
·
Cuenta con estos hombres tan piadosos
Que si en vicios consiguen privar a todos de su tierra,
Cuál será el tesoro que su erario encierra?
Mas, es justo decir que bajo este respecto, ni aun el
mismo arzobispo de Lin1a don Fr. Juan de Almoguera
escapó a la censura inquisitorial. Este prelado que mién–
tras fué obispo de Arequipa habia tenido ocasion de per–
suadirse del desarreglo en que vivian los curas de indios,
dió a luz en Madrid en
1671
una obra que intituló:
Ins–
trucc·ion a curas
y
eclesiásticos de las Indias,
en la que,
segun el parecer de los Inquisidores, no solo denigraba a
los párrocos, sino que vertía doctrinas injuriosas a la Sede
apostólica. Mariifestóse el Arzobispo mui sentido de este
dietámen, aseverando en su defensa que las doctrinas con–
tenidas en su obra,
110
solo eran sustentadas por los me–
jores autores corrientes en el Perú, sino tambien que los
hechos que citaba eran perfecta1nente ciertos, apelando,
en comprobacion, al testimonio de los mismos Inquisido–
res, que no ·pudieron n1énos de asentir a sus palabras, pero
que no bastó a impedir que la calificacion en que tan de
mala data se dejaba al Prelado se publicase en todas las
ciudades del reino
7
•
6.
Carta de
18
de agosto de
1678. De la obra de Valverde se habian
hecho hasta
1754
cu~tro ediciones~
en M:¡tdrid se publicó otra en folio
en
1871,
i
el año antepasado se acaba de reimprimir en Barcelona for–
mando parte de la
Biblioteca amena e instructiva.
7.
Carta
de Almoguera de
1
de mayo de
1675,
i otra de Huerta Gu–
tierrez de
6
de junio ·del mismo año. Almoguera remitió su libro al
célebre Nicolas Antonio para que lo diese a luz, segun este mismo lo re–
fiere en su
Biblioteca hispana nova,
tomo I, páj.
630.
El Arzobispo
tuvo al fin que pasar por lo que mandaron los Inquisidores, limitándo·