CAPÍTULO
XX
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el reo, que era sacerdote, hasta a tener sus títulos, lo ven–
ció Pelope con que dirían a Luis que el reo era un pasa–
jero
y
que le llevaría su tio al Perú; assí se executó;
pasaron a Ruan
y
se embarcaron . en Absterdan
y
entra–
ron a la isla de Tenerife, donde entregó las llaves de su
casa a Luis y recibió carta de Pelope, en que refería ha–
berle embiado por Amsterdan y Cádiz los títulos de órde–
nes y buletos,
y
que por parecerle que los habia recibido,
se·descubrió eon su madre de Luis, de que el pasagero que
le había llevado ei,a su tío, y parecióle a el reo que se lo
escribiría el mismo Luis, pero el reo nnnca se ha declara–
do con Luis:
y
ambos vinieron, corno vino, para la liaba–
na, Cartagena, por haber tenidó noticia que había mucha
falta, y con ánimo de
volv~r
a España; allí comunicó al
padre Herrada, de la CompaflÍa de J esus (que es el que
vino por visitador ele las provincias del Perú),
·y
absolvió
al dicho Juan Antonio, calvinista, de la heregía, en confes–
sion sacramental, sin embargo de la qual fué reconciliado,
y el reo se confessaba con él, ocultándole ser sacerdote
y
que no rezp,ba oficio divino, pareciéndole que dexándole
de rezar, no era culpa mortal, porque no decia missa, ni
tenia beneficio eclesiástico, y porque Matía, criada que él
babia traydo de Canaria,
y
Luis, confederados, le robaban,
acomodó el padre Valverde, de la Compañía, con él a Juan
Antonio, apressado con otros calvinistas, a quienes predi–
caba para que le sirviesen,
y
el reo en1bió a María su cria–
da a Canaria, pagándole su salario, y al despedirse dijo
el reo que se guardase de Luis, porque algun dia le pica–
ría la víbora que tenia en el pecho,
y
queriendo el reo
pasar al Perú, le dixo el padre Alarcon que truxiese en su
servicio a Júan Antonio, aunque era herege, que el padre
Herrada estaba en el Perú y le reduciría a católico, y pa–
ra este fin lo truxo
y
aportó a Payta., donde llegó el señor
virey Conde de Santisteban, y le curó de unas tercianas,
y
la niña doña. Teresa, su hija, de lombrices, por lo qualle
hizo su médico de
c~bnara
y bibliotecario y maestro de
gramática de don Manuel, su hijo, al qual ha enseñado
1nuy bien la gramática, lógica, philosofía rnoral y cosmo–
grafía, y comunicó el reo con el dicho padre Herrada có–
mo era sacerdote, sin títulos ni testigo, el qualle respondió