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LA INQUISICION DE LIMA
Quejábase, en seguida, de lo poco que le ayudaban los
relijiosos, refiriendo que, entre otros, habia estado allí uno
de la órden de San Franeisco, 11dias ha, muy inquieto y
desasosegado, así en lo qúe tocaba a su órden como en el
estado seglar y clerical, ha causado inquietud grande, y
con la libertad de su lengua y vivir; trató algunas cosas
en el púlpito malsonantes y escandalosas, estando yo en
Lima en el signodo; púsolé silencio nuestro Provisor; yo
quietéle y soseguéle con sus religiosos, que le habian qui–
tado la ovidiencia, pedíle, con amor, y aun no quisiera
por la honra de la Orden ·que sus cosas salieran en públi–
co, y cierto,
con
todo amor de padre, le dí las proposi–
ciones que había predicado y le rogué las explicase y de.;.
clarase sin escándalo. Respondió lo que ahí parescerá en
el proceso, y aun n1as desacatadamente di.ó peticiones en
la Real ·Audiencia contra mí, y tales iban que no se las
quisieron ad1nitir por su libertad y desverguenza que
mostraba. Mandé no tractase de la materia por el escán–
dalo
g~rande
que en la ciudad hahia todavía,
y
asimesmo,
le mandé retractase formahnente las dichas proposicio–
nes
y
que hasta que esto se hiciese, y declaré, so pena de
descomunion y de suspension de administracion de sa–
cran1entos no saliese desta ciudad: ni hizo caso de las cen–
suras, ni del mandato: fuése dexando perdido lo que te–
nia a cargo, y segun afirman los que le vieron ir, con otro
avito quel suio. Ynvio el proceso a ese Real Consejo de
Ynqui~icion:
no se procedió adelante por no haber parte
con qu1en."
Peclia, en cosecuencia, que se le castigase,
"P~ra
los se–
mejantes que por acá cada dia se ofrescen y ofrescerán, y
los pobres obispos no osan -en se1nejantes casos proceder
con rigor, porque temen la pluma
·y
la lengua de los frai-
de la Peña; tomó el hábito en el conven:o de Snn Pablo de aqnc11a ciu–
dad, profesando en
B
de marzo de
1540.
Despues de haber sido colejiai
en San 'Gregario de Va.lhtdolid, pasó a J\.:féjieo en
1550,
donde fué ea–
tedrático de la Universidad. Despues de haber sido provincial,
aseen~
dió al obispa,do de Vcrnpaz, para ser promovido a Quito en
1563,
Ha–
biendo ido a Lima con ocasion del concilio provincial, murió allí en
7 de marzo de
1583,
dejando un cuantioso legado a la Inquisicion.–
Véase Gonzalez Dávila,
Teatro eclesiástico,
t.
IJ, páj. 72; i Alcedo,
/)icoionario.