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LA INQUISICION DE LIMA
diencia, Bartolomé Leonés
i
Pedro de Villarberche, canó..
nigos de la catedral ele Lima, 11sobre razon que trayendo
cierto pleito entre ellos con las Dignidades ele la dicha
Iglesia sobre ciertas ventajas y resíduos ante ciertos jue–
ces eclesiásticos, el dicho canónigo Leonés, habiendo clias
que tenia una carta mesiva en su poder, y estando el plei–
to en estado que no se la admitiría, el Leonés se concertó
con cierta persona para que la llevase a un religioso y se
la diese en secreto, a manera de confesion, para que el
clérigo se la restituyese, diciendo que una persona se la
restituía; y fecho esto, el .dicho canónigo Leonés la presen–
tó ante el juez e juró en forma que entónces se la resti–
tuían, y dijo en la dicha peticion otras mentiras y púsolas
por posiciones a las partes contrarias, e juró que no las
ponia de malicia; y viéndose este pleito en el Abdiencia
Real, por via de fuerza, alegando las Dignidades el perjui–
cio y falsedad sobredichos y habiendo constado allí clara–
mente del dicho perjuro y falsedad
y
mentira, y diciéndo–
les que era mal hecho haber jurado falso y haber tomado
el sacramento de la confesion por medio de aquellos em–
bustes, los dichos licenciado Guarnido y los dichos canó–
nigos digeron dos o tres veces questava muy bien hecho
y muy bien jurado y que se podia muy bien hacer en
conciencia; y habiendo visto la dicha informacion por
cuatro teólogos, los dos la cualificaron por herética, y los
dos, que no se podia excusar de error en materia de fe. Yo
vi esta probanza, junta111ente con el Ordinario
y
consulto–
res, termina Cerezuela,
y
en conformidad, se mandaron
prender con secresto de bienes en forrna,
y
fueron pre–
sos.
11
4
Sintióse ele esto mucho el Arzobispo, dejándose llevar .a
ciertas niñerías, que demostraban ya su temor al Santo
Oficio, ya debilidad de carácter. Mandó llamar al provin–
cial de los jesuitas Jerónimo Ruiz Por6llo i a Fr. Pedro
Gutierrez, de la órden de Alcántara, para mostrarles cierto
''repertorio" de que constaba que el ·conocimiento del caso
le tocaba a él, concluyendo por rogarles que se empeñasen
eón el Inquisidor para que pusiese en libertad a los pre-
4.
Carta
de
3 de marzo
de
1571.