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CAPÍTULO
II
Estado del Vireinato del Perú a la fecha de la fundacion del Tribunal
del Santo Oficio.-Instancias hechas al Rei i al Consejo de Inquisi–
cion para el establecimiento del Tribunal en el Perú.-Los Obispos
inquisidores ordinarios.
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El padre agustino Fr. Juan de Bivero, que mereció par.-
ticular consideracion a Felipe II, en carta que le dirijia
.desde· el Cuzco a principios de 1568,'le decia: 11Lo espiri–
tual ha estado y está muy caído en estos reynos, y así hecho
poco provecho en la doctrina de los naturales: cáusalo los
muchos malos exemplos que en·.esta tierra se han dado y
dan
y
el descuido de los Perlados."
1
Los jenerales i prelados de las relijiones no enviaban,
en efecto, de España, mui de ordinario, sino frailes inquie–
tos, apóstatas e insufribles, uy aunque hai y ha habido
. muchos. buenos, certifico a V.
J\1.,
añadía Bivero, que
hay y ha habido en muchos gran disolucion y malos exem–
plos."
El obispado del Cuzco, el mayor
i
el mas rico de los
que se contaban en Indias, hacia diez años a que estaba
sin pastor,
i
el que ántes lo había gobernado i su adminis–
trador
11
no hicieron sino allegar barras, y a sí y a ellas pa-
l.
Sobre este personaje, véase el Cap. XXX del libro II de la
Coróni–
ca
de Calancha. intitulado:
De la m:cla; gran talento y letras del Padre
fray Juan de Ribero, Obispo que.fué electo de Cartagena y de Chuquisa·
ca; y lo que a Dios sirvió en la visita general del Perú, acompafíando al
Virey don Franc,isco de Toledo, por cuyoparecer se izieron las ordenanzas
que oy son leyes mttnicipales en cada comarca, pueblo o provincia.
Este
padre era natural de Valladolid,
i
mas tarde se volvió a España, mu–
riendo en Toledo.-Alcedo,
Diccionario.