CAPiTULO
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sa., que dentro de seis días primeros siguientes despues
que esta nuestra carta fuere leyda y publicada, y de ella
supiéredes en qualquier manera, los quales, vos manda-
,mos y asignamos por tres plazos y término cada.dos días
por un tél'mino, y todos seis días por tres términos y úl-
'
timo peremptorio, vengais o parezcais ante nos personal–
mente en la sala de nuestra audiencia, a decir y manifes–
tar lo que supiéredes, hubiéredes hecho, visto hacer o
decir cerca de las cosas arriba dichas y declaradas o otras
qualesquier cosas de cualquier cualidad que sean tocantes
a nuestra santa fe catholica al Santo Oticio, ansi de vivos,
presentes, ausentes, como de difuntos, por m.anera que la
verdad se sepa y los malos sean castigados, y los buenos
y fieles cristianos conocidos
y
honrados,
y
nuestra santa
fe catholica augmentada
y
ensalzada,
y
para que lo suso–
dicho venga a noticia de todos y de ninguno de ellos pue–
da pretender ignorancia, se manda publicar. Dada, etc."
Conforme a las instrucciones dadas a los Inquisidores,
se esceptuó de su jurisdiccion, en materias de fe, a los
indios. En la número
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de aquellas se lee testualmen–
te: 11ltem se os advierte que por virtud de vuestros pode–
res no habeis de proceder contra los indios del dicho
nuestro distrito, porque por ahora hasta que otra cosa se
ordene, es ·nuestra voluntad que solo useis dellos contra
los christianos viejos y sus descendientes
y
las otras per–
sonas contra
qui~n
en estos reynos de España se suele
proceder,
y
en los casos de que conociéredes ireis con
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toda templanza
y
suavidad
y
con mucha consideracion,
porque así conviene que se haga de manera que la Inqui–
sicion sea mui temida
y
respetada
y
no se dé ocasion pa–
ra que con razqn se le pueda tener odio."
Mui luego, sin embargo, comenzó a clamarse desde el
Perú porque se derogase esta escepcion. Fr. Juan de ;Bi–
vero, que tendremos ocasion de citar pronto, le decía, en
efecto, al Reí: "la Inquisicion
y
alcaldes de corte fué muy
buena
y
necesaria provision, porque son freno
y
remedio
de los atrevidos a las cosas de nuestra fé, los unos
y
los
otros cuchilla de los delincuentes. Sería necesario que la
Inquisicion entendiese tambien en las cosas de los indios,
aunque no con el rigor del castigo que con los españoles,
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