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CAPÍTULO

I

13

cárceles, el don1ingo

29

de enero, refiere Cerezuela, uel

Virey y el Audiencia fueron por mi n1ano derecha

y

el ca–

bildo de la ciudad por la izquierda, y yo, en n1edio, y la

cruz y pendon del Santo Ofieio, que llevaba el Fiscal, un

poco delante, y salí de la casa del Santo Oficio, e fuemos

cavalgando hasta la iglesia mayor, a do me reseibió el cle–

ro y todas las hórclenes, cantando

Te De?J/in laudamus

y

se predicó el sermon de la fé, e juró el Virey, Audiencia y

ciudad en la fonna acostumbrada,

y

despues el pueblo, al–

zando los brazos derechos arriba, y se leyó el edicto, lo

cual se hizo con mucha solemnidad, habiendo precedido

el dia ántes las notificaciones a las provisiones y

most~·ado

al Ordinario el poder de Inquisidor, y pregonádose con

trompetas y atavales

29 ."

·

H.e aquí ahora el tenor del e_dicto que se leyó en esa

ocas1on:

uNos los Inquisidores contra la herética pravedad y apos–

tasía en la ciudad de los Reyes y su Arzobispaclo, con los

obispados de Panamá, Quito, el Cuzeo, los Charcas, Rio

de Plata, Tur:uman, Concepcion y Santiago de Chile y de

todos los Reynos, estados y señoríos de las Provincias del

Perú y su vireynado y gobernaeion y distrito de las au- ·

diencias Reales que en ·las diehas ciudades, Reynos, Pro–

vincias y estados residen por autoridad apostólica,

&.

A

todos los vecinos y moradores estantes y residentes en

todas las ciudades, villas y lugares de los dichos Arzobis–

pado, Obispados y distrito, de qualquier estado, condicion, .

pteminencia o dignidad que sean, exemptos y no exemptos,

y a cada uno y qualquier de vos a cuya noticia viniere lo

contenido en esta nuestra carta en qualquier manera, sa–

lud en nuestro señor

J

esuchristo. que ·es verdadera salud

y

a los nuestros mandamientos que mas verdaderamente

son diehos Apostólicos firmemente obedecer guardar

y

cumplir. Sabed que el Ilustrísimo señor cardenal Don

Diego de Spinosa, Presidente del consejo de su Magestad,

Inquisidor Apostólico general en todos sus Reynos y se–

ñoríos con

el

celo que tiene al servicio de Dios nuestro

Señor

y

de su Magestad y con acuerdo de los señores del

29.

Carta

de

Cerezuela de 5

de

febrero

de

1570.