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310

LA. INQUISIC!ON DE LIMA

habiéndosele notificado a este reo que se aparejase, que

habia de morir,

y

puéstole las insignias de relajado,

y

en

su co1npañía algunos religiosos que le exhortasen

y

amo–

nestasen, hicieron tan poco fructo en él, que dende que le

sacaron de las cárceles hasta que le pusieron en el palo,

no fué poderoso ninguno de ellos para que hablase tan

sola una palabra,

y

así le quemaron vivo.

~'

Juan Fernandez de las

1-Iei~as

era un pobre loco a quien

le habia entrado la manía de las cosas teolójicas, pero que

no por eso se escapó de la hoguera

12

Pedro de Contreras, hijo del bachiller Francisco Gon–

zalez Bermejero, que había sido alcalde de Oropesa, de

quien se decia haber sido relajado en estatua en Albur–

querque, acusado igualmente de judaizante, despues de

atormentado i de largos años de prision, sufrió nuevo tor–

mento

in caput alienurn,

11y

aunque tuvimos dice el in–

quisidor, esperanza de la conversion de dicho Pedro de

Contreras para morir bien, despues de notificársele la no–

che ántes que su hora era llegada, no fué así, porque per–

mitió Nuestro Señor se le endureciese el corazon

y

que

persistiese en decir siempre que no lo habia hecho,

y

con

esto acabó, habiendo hecho mil finjimientos de contricion

en el auto, con un Cristo que tenia en las manos, que todo

conocidamente era. finjido,

y

por dar a entender al vulgo

que era buen cristiano, acordándose de la honra del mun–

do, que era la que -le había hecho n,o decir verdad,

y

olvi–

dándose

de.la

cuenta que había de dar a Nuestro Se–

ñor13."

1-Iernan

J

orje, portugues, que fué tambien denunciado

con1o judío, de treinta idos años, zapatero, establecido en

Potosí, se le encerró en las cárceles, donde a poco se en- .

fermó para ir a morir en un hospital, libertándose de ·que

se siguiese la causa con su memoria i fama, merced a que

su denunciador fué relajado.

Fuera de auto habian sido despachados los reos si–

guientes:

12.

En el Consejo se

advirti<S

que

«babia dubda si

este

hombrE

tenia

sano el entendimiento

para por1c1lc

dar

la

pena

que

le

dieron,»

a

fin

de

en

adelante se mirasen con mucha atenciou

los

casos semejantes.

, 13.

Libro 756, fol.

381.