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27S

LA INQUISICION DE LIMA

de las dichas cossa.s pagó este declarante, porque venian

diziendo que se tomavan para el dicho ynquisidor y en su

nombre,

y

se

le~

al<;aban con sus haziendas.

nYten, dixo quel dicho ynquisidor Ulloa, trata

y

con–

trata con su hazienda, embiándola a España y Tierra Fir–

me a emplear,

y

particularmente, save este testigo que

embió a .Panamá mili y tantos pessos que éste le prestó,

lo quales llevó Miguel Angél

y

vinieron empleados en mer–

caderías,

y

se hendieron en esta ciudad,

y

otra vez se em–

biaron cinco mili

y

tantos pesos, tarnbien a Tierra Firme,

aunque no se acuerda qué persona los llevó, y passó la es–

criptura ante Juan de Cepeda, escribano de

su

magd., que

vive en esta ciudad, y otra vez llevó quanticlad de plata

el dicho Rodrigo Arias a Tierra Firme,

y

no la empleó

y

la dió allí a cierta p·ersona para que la diesse en esta ciu–

dad tanto por ciento,

y

le cobró la dicha plata el dicho

ynquisidor aquí con los interesses,

y

agora ultimame.nte

el dicho Rodrigo Arias llevó a Castilla mas de veynte mili

pessos del dicho ynquisidor Ulioa

y

los empleó en la flo–

ta passada del año de ochenta y quatro,

y

el dicho Rodri–

go .A.rias le dixo a este declarante, abrá quarenta dias, que

avia estado en clesgrac!a del dicho ynquisidor sobre las

quentas de lo procedido desta hazienda, porque creia que

le clava poca ganancia y estuvo presso, y se nombraron

contadores sobre ello, y esto sabrán Juan de Lumbreras y

un fulano Melo, .su yerno, .y Juan de Vilches.

11Yten, dixo que dicho ynquisidor ussa de bestidos des–

honestos, trayendo cal9as

d~

terciopelo con n1ueho ruedo

y

tell.ilas

de color

y

gregüescos verdes y a9ules de ter–

ciopelo, y la.s noches quando salia de casa, ponía lechu–

guillas como se.glar e yba acompañado algunas noches de

los dichos Rodrigo Arias y Luis Garcia, o del uno o del

otro, con

á

vito corto y andava con él publieamente por las

calles, asentado en las esquinas, de manera que muchas

personas le conocían, e echando mano a la espada por muy

leves causas, poniendo temor a las personas que andavan

por las calles por donde él andava, y esto saben los dichos .

Pedro de

~arate

y Hernando Pantoja y Martín de Torres,

y

Martinez Bribiesca y Castañeda, alguaciles, y por ser

dada la ora; cesó esta audiencia y al dicho Hernan Gutie-