CAPÍTULO XI
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en la dicha su declaracion, so cargo del juran1ento que tie-
ne hecho.
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11Dixo que por medio del dicho Rodrigo Arias e de un
Amendaño, calcetero, e Pero Enriquez, hermano del licen–
ciado Camargo, theniente de correjidor desta ciudad, el
dicho Ynguisidor trató deshonestan1ente con la muger de
Sancho Casco, herrero, que se llama fulana de
Loranga~
abrá ocho años poco mas o ménos, y que le parece que dura–
ría esta amistad como un año, viniendo ella a casa del dicho
Ynquisidor, e yendo él a casa del dicho An1endaño, donde
tambien
y
ba ella, y en esto era tercera la muger del dicho .
Mendaño, asimismo por tercera del dicho Rodrigo Arias.
Tuvo amistad deshonesta el dicho Ynquisidor por el mis–
mo tiempo con Maria de Morales, muger de Saavedra, he–
rrero, y esto duraría como dos o tres meses, -y la misma
muger se lo dixo a este declarante, y el uno
y
el otro fué
negocio público en esta ciudad
y
esto lo save Juan de Lle–
rena el mo9o
y
Blasa de Urbina y sus hermanos.
ulten dixo que los dichos An1endaño, calcetero,
y
Pero
Enriquez, abrá ocho años poco mas o ménos, le dixeron a
este declarante que quería yr a ca9a el dicho Ynquisidor
y
este testigo les dijo que no era tiempo entónces de yr a
ca9a y dexar solo al ynquisidor Cerezuela porque avia
muchos negocios en la inquisicion de in1portancia y ellos le
respondieron qué le yba a este declarante en ello, que el
ynquisidor no iba a c?9a sino que se avia de quedar aquí,
que ellos solos yban a ver una guaca con Montemayor,
tintorero, que tenia una hija hermosa, y esto lo hacían por
disimular para que el dicho ynquisidor tuviese lugar de
tratar con la dicha hija de
~1ontemayor,
y luego aquella
noche vió este declarante salir de cassa al dicho Ynquisi–
dor con herreruelo corto y espada y el dicho Rodrigo Arias
con él
y
volvió por la mañana
y
pregvntando este decla–
rante al dicho Rodrigo Arias que si avia habido efecto
aquel negocio
y
él le dixo que estando él de por medio
no havia de haver efecto,
y
esto saben los dichos Pero
Enriquez
y
Amendaño y Juan de Llerena, el clérigo,
y
Juan de Llerena, el mo9o.
u
Asimismo dixo que abrá siete años que el dicho inqui–
sidor tuvo amistad pública
y
deshonesta, con una dofía
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