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LA INQUISICION DE LIMA
entre toda la gente del dicho inquisidor,
y
la dicha mulata
vive en la Encarnacion, a las espaldas del monasterio,
y
es
pulpera.
''Asimismo dixo que abrá quatro años, que fué negocio
muy público en esta ciudad, que el dicho inquisidor huvo
donzella a una n109a que estava en casa de Diego de Gal–
do, la qual dizen que parió .dél
y
duró esta amistad como
un año, hasta que el doctor Salinas, abogado, se rebolbió
con ella y sobrello huvo grandes pesadumbres con el di–
cho inquisidor, y esto fué causa de la publicidad que huvo
en la ciudad
y
tambien de quel inquisidor se apartase de–
lla,
y
esto saben la muger del dicho Diego de Galdo
y
sus
hijos Diego
y
Hernando Ga1do.
11Item dixo que ay algunas personas que con el favor del
dicho inquisidor Ulloa, viven libremente
y
no pagan lo
que eleven,
y
hazen agravios a otros,
y
se salen con ello,
y
particularmente el dicho Rodrigo Arias tuvo amores con
la dicha Blasa de Urbina, que avia sido amiga de Francis–
co Cervantes, su hermano, de quien tuvo un hijo,
y
el di–
cho inquisidor consintia esto, porque dió órden que la di–
cha Blasa de Urbina estuviesse en cassa de la dieha doña
Catalina de Alconchel, para que el dicho Rodrigo Arias la
pudiese comunicar mas a su salvo, y esto duró hasta que
la madre
y
abuela de la dicha. .doña Catalina, sabiendo lo
que pasaba, la echaron de su cassa,
y
los dichos Rodrigo
Arias
y
Blasa de Urbina comían juntos a una mesa,
y
dor–
mían en un aposento en casa del dicho inquisidor, viéndo–
lo
y
sabiéndolo él,
y
pasando por ello,
y
porque los dichos
Rodrigo Arias
y
Francisco de Cerbantes, su hermano,
riñeron sobre la dicha muger, el dicho inquisidor dió ór..
den que el dicho Francisco ele Cerbantes fuese fuera desta
ciudad porque! Rodrigo Arias quedase mas libre con la
dicha muger.
nAsimismo el dicho Rodrigo Arias, estando casado en
Truxillo, en España,
y
teniendo una hija legítima con su
madre, el visorrey, don Francisco de Toledo
y
el Audien–
cia, le mandaron embarcar para España,
y
el dicho yn–
quisidor Ulloa tuvo órden eómo no le. embarcasen,
y
le
defendió contra todos, como lo hizo tambien en un nego–
cio muy pesado que le subcedió abrá doze años, y fué que