CAPiTULO XI
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ha oydo muchas quexas a diversas personas de agravios
que dentro en la cárcel a los presos les hazen, principal–
mente a oydo dezir que porque tratando de alegar de su
justicia de palabra o por escripto les han echado morda–
~as
y de noche venir ensantbenitados con un a9ote y a9o–
tarlos gravemente, de lo qual este testigo se escandalizó
muy n1ucho,
y
se lo refirió
y
contó un clérigo que se 11a–
n1a Herrera (cuyo nombre propio no lo sabe) por haberle
comunicado poco, y ay muchas personas que le conocen
en esta ciudad,
y
este testigo cree que le embiaron deste–
rrado a España, y le dixeron que se avia usado con él de
un rigor al tiempo del embarcarle, porque le hizieron em- ·
barcar si suacto
(s1;c),
principalmente una caxa donde tenia
algunas curios
idades de yerbas, por algunas de las quales,
~ste
testigo le
vi.uoa conocer (estando preso) despues que
Ralió de las cárceles del Sancto Officio, en la cárcel arzo–
bispal,
y
Juan de Saracho, receptor del Sancto Officio,
dará noticia particular de cón1o se llama, y el alcaide de
las cárceles
y
el de la cárcel arzobispal que entónces era
alli. de un clérigo,
y
en este tien1po, este testigo estuvo
enfermo del mal de la orina,
y
le dió el dicho Herrera
ciertas yerbas para el dicho efecto,
y
abrá que pasó esto
cinco años, poco 1nas o ménos,
y
fué estando solos en la
posada deste declarante en diversas noches,
y
este testigo
atribuye el dicho modo de castigar por diciplinante, por–
que podria ser que fuese el penitente que a<;otava al preso
clérigo,
y
por no ser conocido usaria deste medio de cu–
brirse
y
ser necegario ser clérigo, por serlo el preso a quien
a<;otava,
y
asimismo este declarante oyó dezir al mismo
Herrera, a lo que se quiere acordar, aunque no está cierto
si era él,
y
luego dixo que el mismo, que tratando de ale–
gar de su descargo, dixo a los señores Ynquisidores que
el Dean de los Charcas que le avia preso, era enemigo su–
yo, y el licuo. Zerezuela ynquisidor, ya difunto, le dixo:
enemigo dixistes, noramala lo dixistes, y que se lo refirió,
y
otras muchas cosas le eorJtÓ el dicho Herrera a este
testigo, las quales, si no murió antes que llegase a Es–
paña, tiene por cierto que las magnifestaria a los Se–
ñores del Consejo de la general Ynquisicion;
y
en el
mismo tien1po estuvo preso el Arcidiano de la Plata,