CAPÍTULO
XI
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su casa, y le dexasse su muger, y el dicho ynquisidor le
avía respondido con palabras muy ásperas, y sabe este
testigo que el dicho Pablo de Montemayor murió pocos
dias despues que esto pasó, y sabrán esto particularmente
Juan de Contreras, n1ercader, y Elvira Ruiz, su muger,
y
doña J\1ariana, su hija; y n1uerto el dicho Pablo de
~fontemayor,
este declarante vió muchas vezes al dicho
ynquisidor con la dicha doña Catalina en una cama
y
en
una messa, ansí en esta ciudad como en una chacara della,
y
en el campo yendo a caza, como si fueran marido y
muger, y esto se hazia con tanta publicidad que quantos
estavan en casa del dicho ynquisidor lo sabían, especial–
mente Juan de Vadillo, Juan de Saracho, Diego ele Aram–
buru
y
Gaspar de Arrieta, hijo del secretario Arrieta, y
Blassa de Urbina, que está en Guamanga, y tres herma·
nos suyos, que están en esta ciudad, y otros muchos,
y
que tuvo de la dicha doña Catalina dos hijas, que la una
crió Mencia Gallega, comadre, que es ya difunta, y la otra
la muger de Juan
B~ez,
y desto sabia una criada de
~1en
cia Gallega, ques aora comadre, y un Juan Martín, clérigo,
que es sacristan de la yglesi1:1 mayor, y Rodrigo Arias, y
Juan Despinar, escrivano público,
y
siempre que la dicha
doña Catalina yba a Mala, ques doce leguas desta ciudad,
donde tiene sus yndios, yba el dicho ynquisidor con ella
y se
esta~a
eatorze,
y
quince dias con ella, haziendo falta
en su oficio, y esto es público
y
notorio y lo sabe Juan de
Vaclillo y todos los oficiales desta Inquisicion,
y
en una
enfern1edad n1uy grave que tuvo el dicho ynquisidor es–
tuvo la dicha doña Catalina en su casa, sirviéndole en ella
de dia y de noche, y todo este tiempo, que serian veynte
dias, vió este declarante que la dicha doña Catalina se
quedava en el aposento donde dormía el dicho ynquisidor,
y
en él no avía mas de sola una cama, adonde estava el
dicho ynquisiclor; y el doctor fray Pedro Gutierrez
y
el
licenciado Alcedo, fiscal desta Inquisicion, aviendo ydo a
ver al dicho ynquisidor una mañana, vieron a la dicha
doña Catalina allí
y
dixeron a este declarante que dixesse
a la dicha doña Catalina que se fuesse a su casa y dexaEse
morir cristianamente al dicho ynquisidor,
y
este testigo
se lo clixo, y ella le respondió que muerto o vivo no le