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LA INQUISICION DE LIMA

Tomas Gre (Gray), irlancles, se denunció por consejos de

su confesor, de que sirviendo de grumete en un barco, en

su país, no se quitó el son1brero al pasar unos italianos,

diciendo que no lo hacia porque eran papistas.

Antonio Gomez, alabardero del Virei, se acusó de que

habiéndose rifado dos veces una empanada en el cuerpo

de guardia, como no se la sacase en ninguna, habia escla–

mado

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llévesela el diablo.

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Doña Leonor Cabezas, mujer casada i perdida

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fué tes–

tificada por otra tal, que le babia dado una piedra de ara

consagrada, diciéndola que era buena para ,que la quisie–

sen bien.

Fr. Antonio de Ribera, domínico, natural de Arequipa,

que se denunció de que hallándose enamorado de cierta mu–

jer en la ciudad del Cuzco, i estando las voluntades confor–

mes i no pudiendo conseguir su intento por la

di~cultad

que tenia de salir de su convento, pidió ayuda i favor al

demonio, prometiéndole que si le permitía realizar su pro–

pósito, le baria señor de su cuerpo i alma i le obedecería

en todo lo que en el discurso de su vida le ordenase, aun–

que interiormente se prorn.etia que en cumpliéndole su

deseo, se confesaría i volvería a Dios; i cómo trascurriesen

dos horas sin que su peticion hubiese resultado, volvió.

sobre sí i se arrepintió.

Ruiz de Prado debia atender con su colega al despacho

de estos asuntos, pero como aquel desde su llegada habia

estado enfermo muchas veces, comenzó a quejarse del

exceso de trabajo i de la decadencia consiguiente en su sa–

lud, teniendo que ocuparse ademas de algunos negocios

civiles i de las múltiples tt;treas de la visita. Entre éstas

contaba en prin1er lugar los .procesos que había debido

seguir a los diversos f'om1sarios, que le habían demandado

buena parte de su tie1npo. En efectc, al de Popayan se

le habian puesto veinte cargos, no .siendo pocos los que

se presentaron contra los de Potosí

i

Cochabamba, sin

contar con los de otros a notarios

i

empleados subalter–

nos de fuera de Lima, que en un todo parecían dar buen·

testimonio de de lo que afirmaba Zapata

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8. Véase la

Carta

de Ruiz de

Pra~o,

fecha

12

de octubre de 1589.