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LA INQUISICION DE LIMA

ser esto notorio a los Inquisidores," no se hizo-por entón:.

ces dilijencia alguna.

Poco despues, el presunto reo se ausentó a Quito, lle–

vando a su mujer, para regresar a Lima, sin ella, por el

año de

83,

en que se embarcó en Guayaquil. Durante la

navegacion, Pilar cometió la indiscrecion de contar que en

otro tiempo había servido al rei de Dinamarca, que era

luterano, i que allí los clérigos eran casados, concluyendo

por repetir la historia de cómo habia comulgado una vez

en Alemania. Con estos antecedentes, se recibió una nue–

va inforn1acion i en vista de las deposiciones de los tres

testigos que declararon en ella, por el mes de mayo, fué

mandado prender con secuestro de bienes. Llevado a pre–

sencia de los Inquisidores, dijo ser natural de Bruselas,

hijo de padres protestantes, de edad de cuarenta i cuatro

años, torcedor de oro i platero, i que despues de haber ser–

vido de intérprete al rei de Dinamarca, habia estado en

Francia, Alen1ania i España, embarcándose en seguida

para las Indias. Preguntado si sospechaba la causa de su

prision, contestó que seria por lo que habia respondido,

viniendo navegando de Guayaquil, a los que le habian in–

terrogado acerca de sus viajes. Puesta la acusacion del

Fiscal, le sobrevino nuevo denuncio de su mujer, en que

refería que habiendo ido su marido al auto ele fe en que

habían quemado a un ingles, le contó que era conocido

suyo, que_marchó al suplicio recitando los salmos de Da–

vid en su lengua, que él entendía, i por fin, que había

muerto mártjr.

·

Siguió la Luzon refiriendo una série de conversaciones

que tuviera con él, sin esceptuar las que habían pasado en

la intimidad de marido i mujer, referentes a las bulas, al

agua bendita, etc., por lo cual s-e habia acusado de todo a

su confesor, quien no le habia querido absolver miéntras

no diese cuenta al Santo Oficio de lo que pasaba. Recibié–

ronse tambien despues las deposiciones de seis testigos,

compañeros de cárcel del reo, referentes a sus pláticas or–

dinarias, en que clecian manifestaba holgarse de las cosas

contrarias a la fe: a que respondía el preso espresanclo que

muchas se las achacaban para hacerle mal, habiendo él

contestado siempre las preguntas que 'se le hacían tocan-