258
LA INQUISICION DE LIMA.
pues hasta el
5
de abril de
1592,
en que tuvo lugar un
nuevo auto de fe, se habian fallado los causas de las per–
sonas siguientes:
Andrés de Zuloaga, natural de Fuenterrabia., de diezi–
nueve años, que se denunció de que miéntras venia nave–
gando habia dudado de la fe católica.
Antonio de Estrada, mulato, Antonio
i
Mateo, negros,
i
Pedro, esclavo, porque estando colgados recibiendo azo–
tes de sus amos, renegaban de Dios.
Juan de Otarola, se acusó de que viéndose mui aflijido
por lo endeudado que estaba, había llamado al demonio.
Sant Joan de Goiri, vizcaíno, que tan1bien se denunció,
porque por vergüenza hacia doce años a que no se con–
fesaba.
Frai Sebastian Rincon, merceda.rio, se acusó eJe que ha–
llándose en el cepo
i
estando azotándolo otro fraile, habia
dicho que negaba a Dios.
Alonso Velasquez, soldado de galeras, se denunció igual–
mente de haber espresado que si él no cabalgaba en este
mundo, el diablo le cabalgaría en el otro.
Juan Bello, secretario que habia sido del virei Conde
del Villar, porque instándole un sujeto para que le despa–
chase ciertos papeles, habia esclamado que no se podia,
aunque Dios lo quisiera, i ademas por que en otra ocasion
habia dicho que mas queri.a tratar con los diablos que con
los frailes.
0arcía Osori0 que sostenia que se podia perjurar por un
amigo.
Juan Fernandez, mercader de Cartajena, por afirmar que
todos los bautizados se salvaban.
Frai Felipe de Santa Cruz, mercedario, por solicitante en
confesion.
Frai Juan de Ton·alba, domínico, de cuarenta i ocho
años, natural de Villanueva enla Mancha, porque siendo
prelado en el Cuzco, dijo a sus frailes en cierta ocasion
que en negocios graves se podia revelar el secreto de la
confesion, fué puesto en cárceles secretas hasta que su ·
causa fué recibida a prueba, en cuyo
es~ado
se le trasladó
a su convento, con prohibicion de decir misa, ni de reci–
bir ni [l¡dministrar ningun sacramento. Abjuró en la sala,