Previous Page  160 / 382 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 160 / 382 Next Page
Page Background

138

LA INQUISICION DE LIMA

algun falso testimonio, nos pidió mandásemos examinar a

catorce indias que allí nornbró algunas y dió señas de

otras, con las unas avia tratado an1ores de palabras, sin

aber avido cópula carnal, y con otras tenido cópula carnal,

siendo hijas de confesion, pero que no se acordaba que en

el sacramento de la confesion, ántes ni despues dél, les

ubiese dicho palabra deshonesta, ni usado con ellas de

ninguna deshonestidad, e que si alguna, o algunas destas

digesen que en el sacramento de la penitencia las uviese

solicitado, o tratado palabras de amores, que en tal caso

se acusaria y denunciava dello y nos pedia perdon y pe–

nitencia saludable dello, pero testando que si alguna otra

mas pareciese, demas de las sobre dichas no le parase per–

juicio, aunque él estava seguro que no pa;receria;

y

estan–

do el pleyto en este estado se le dió la ciudad por cárcel

y

se le mandó que no confiese ni diga misa, y estando así

se fuln1inó el proceso,

y

el rreo tachó algunos testigos e

hizo provanza en su abono,

y

el pleito fué concluso defi–

nitivamente, el cual visto por el Obispo del Cuzco como

hordinario .

y

con los demas consultores fué botado en la

forma siguiente:

uEl Obispo del Cuzco, que atenta su espontánea confe–

sion y aver el rreo pedido misericordia con el ánimo que

se rrepresenta en este proceso

y

otras disposiciones que

por él parecen, que no debe de abjurar

de levi,

y

que pue–

da predicar al pueblo, fuera de púlpito,

y

que atento que

en este penitente, por lo procesado, no parece haber sido

primero informado deste delito de solicitar en el acto de

la confesion, ni aber tenido mala fee acerca del valor del

sacramento, no se debe castigar por pena

~ hordinaria,

ni

privarse de que no confiese mugeres.

uNosotros los Inquisidores Licenciado Cerezuela y Ulloa

·y consultores el licenciado Bartolomé Martinez, arcediano

desta santa iglesia de los Reyes,

y

fray Miguel Adriano,

regente del estudio de Santo Domingo, que este reo abju–

re

de

le~vi

en la sala de la audiencia, y que no predique por

tiempo

y

espacio de cuatro años y que pueda doctrinar a

los indios, lo que se suele doctrinar y hacer pláticas espi–

rituales publicamente a indios y a españ.oles al tiempo del

ofertorio,

y

que perpetuamente no confiese mugeres, y que