CAPiTULO VII
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tiva,
y
visto, fué votado en conformidad en destierro del
pueblo donde cometió el delito, por tiempo de dos años,
y
atento a que era menor de veinte
y
cinco años y de po–
co entendimiento y mestizo, fué condenado en cincuenta
pesos para gastos del Santo Oficio.
uJuan Barba Cabeza Vaca, mozo mancebo, sobre que
riñ.ó con don Alonso de Aliaga, que aquella sazon traia
la bara del Santo Oficio,
y
le desafió
y
se acuchillaron,
hízose proceso en forma
y
prendióse a este rreo,
y
estan–
do en las cárceles se le dió la casa de un su cuñado por
cárcel, porque abia estado perdido el juicio hautes y no
le sucediese lo nlismo por causa de la prision. Concluso en
difinitiva, fué visto
y
votado en perdimiento de las armas
y
destierro desta ciudad, y cinco leguas al derredor por
tiempo
y
espacio de dos años, y que no lo quebrante, so
pena que los cumpla de nuevo en el reyno de Chile, en
servicio de su l\1agestad.
ulgnacio de Betanzos, sombrerero, sobre que teniendo
nosotros dado mandamiento para que Pedro Salvago, bar–
bero deste Santo Oficio, ton1ase unas casas alquiladeras
del dicho Betanzos para que las bibiese
y
pagase su alqui–
ler, el dicho Betanzds fué a la dicha casa
y
halló que se
estava mudando a ella el dicho Salvago, y aunque le fué
mostrado y leydo el dicho mandamiento, este rreo hechó
mano a la daga contra el dicho Salvago·y le hiriera o ma–
tara si los que estaban presentes no se lo estorvaran. Hí–
zose pr0ceso . contra él, tomando su casa por cárcel; fué
condenado en las armas
y
en cincuentra pesos ensayados
para gastos del Santo Oficio.
·
,, Pedro de Narvaez, natural de Leon de Nicaragua, re–
sidente en la ciudad del Cuzco, con ciertas personas sobre
los treintanarios que se decian por los difuntos, dijo el
rreo que para qué se hacian,
y
diciéndole que para que
Dios perdonase los pecados a los difuntos, respondió que
no hera para eso, sino que decían porque al cabo de los
treintanarios, enviaba Dios un ángel que rebele al sacer–
dote en que parte está el ánima de aquel difunto, y que
así lo abia él visto hacer en este reyno, y diciéndole que
no dixese tal, que hera mal dicho
y
hera negocio de In–
quisicion y avia Inquisidores que lo castigarían, dijo el