CAPÍTULO VII
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como no ·fuese en púlpito, y que en este Santo Oficio, en
la sala de la audiencia, retratase la segunda proposicion
que dixo cerca del ánima que estava en purgatorio, segun
que della queda sospechoso, y en cien pesos de plata en–
sayada para gastos de presos pobres, lo cual se executó.
Despues de lo cual, parece que partido el dicho Cosme
Ramirez desta ciudad para la de Arequipa, donde hera
visitador, sobrevino informacion que el dicho Cosme Ra–
mirez, indignado contra dos clérigos por que le avian he–
cho notificar nuestro mandamiento para que pareciese
personalmente en este Santo Oficio, los hizo muchos ma–
los tratamientos, quitándolos de sus doctrinas, casas y
asientos, haciéndoles muchos agravios y extorsiones, ri–
ñendo con ellos de palabrar::;, y tuvo preso al uno dellos
con grillos y un cepo,
y
al otro clérigo procuró con cartas
que escribió al Cabildo de la ciudad del Cuzco, que le qui–
tasen la vicaría que tenia, todo lo cual hacia so color de
visitador, diciendo que haria justicia contra ellos por co–
sas que avian hecho, constando de lo contrario.
11Iten, que altercando
y
hablando este reo con cierta
persona sobre cosas de la Sagrada Escriptura,
y
particu–
larmente disputando acerca de la materia del bautismo,
dixo este rreo que ·los niflos recien nacidos, acabados de
bautizar, si morian, para aber de ir a la gloria, avian de
pasar por las llamas del purgatorio, de pasada, por el tra–
bajo que avian dado a sus madres cuando los traian en
sus vientres.
11Iten, que estando suspenso de predicar, avia hecho
tañer a sermon una noche
y
predicado un dia despues.
Vista esta informacion, se mandó al dicho Cosme Ramirez,
que a la sazon hera venido a esta ciudad, que tuviese por
cárcel el monesterio de nuestra Señora de la Merced, ·so
ciertas penas; y estando allí se examinó
y
el fiscal le avi–
só en forma de todo lo sobre dicho, y confiesa aver qui–
tado de la doctrina al uno de los dichos clérigos por ha–
berla hallado vaca,
y
él ausente,
y
que le sentenció en
ciertas penas,
y
que con el otro clérigo, que era vicario de
Arequipa, avia habido con él ciertas palabras, en las cua–
les él avia sido el ofendido
y
no el dicho vicario,
y
nie–
ga havelle hecho quitar la vicaría,
y
que todo lo que oon