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LA INQUISICION DE LIMA

prender a Pedro de Quiroga, comisario de este Santo Ofi–

cio, porque hera inquisidor,

y

lo podia hacer.

11Yten, estuvo acechando a cierta muger que entró en

casa del con1isario a deponer cierto dicho,

y

cuando salió,

a boces, de una ventana, la dijo "qué negocio trae, seño–

ra fulana, que ha cuatro horas questa encerrada?11 y des–

pues

an~lubo'

diciendo

y

publicando a ciertas personas có–

mo la dicha nluger a.via estado en casa del dicho .comisario

cuatro horas y que la avian· llan1ado a este Santo Oficio.

11Yten, espió a otra muger que avia ido a negocios del

Santo Oficio a casa del dicho co1nisario, y saliendo de allá,

llevándola su n1arido de la mano, la llegó a conocer y des–

cubrir y la preguntó 11¿es vuestra merced una muger que

estuvo en los corredores del comisario?11 y diciéndole que

sí, la dejó. Vista esta informacion, mandamos prender a

este rreo, que a la sazon. estava en esta ciudad, y secresta–

lle sus bienes,

J

fué preso y metido en las cárceles deste

Santo Oficio, el qual negó haber dicho que bastava confe–

sarse con el corazon a J)ios, que hera testimonio que se lo

levantavan .unos henemigos suyos, y nombrólos. Nego,

asin1ismo, aver dicho ni levantado a nadie falso testimo–

nio; confesó que con enojo podr-ia haber dicho aquellas

hlasfen1ias; confiesa que dijo a un hombre que le queria

1nas que a Nuestra Señora, pero que no dijo la madre de

Dios, ni la reyna de Castilla, y que lo dijo con encareci–

nliento nécio, y que en lo de la bota del vino, que hera

verdad que lo havia contado por via de gracia a la mesa

del obispo,

y

dicho que lo

h~via

de

hace1~,

pero que nunca

lo hizo, y que hera verdad que él dijo que el obispo podia

prender al comisario, y diciéndole que quién le metia en

aquello, dijo 11qué sé yo, señor, para. venir aquí11; que dió

en ser amigo del obispo y dice aquellos disparates, confie–

sa aber pasado con aquellas dos mugeres que fueron en

casa del comisario, lo que dice la probanza, y que no lo

hizo por mal fin, sino que si avia llegado a conocer a la

una hera para quitar cierta sospecha mala que tenia un

ho1nbre casado de su muger y para que viese que no era

ella, y da a esto ciertas salidas; tachó los testigos y probó

las tachas de enemistad que les puso, y que el uno de ellos

era gran mentiroso. Concluyóse en definitiva,

y

aviéndole