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112

LA INQUISICION DE LIMA

asimismo, de que habiendo ido Quiñones a consultarle

acerca de la primera proposicion, no le pudo desengañar

de su opinion. Preso en Guamanga, con secuestro de bie–

nes, i visto su negocio, fué calificado de herético, saliendo

condenado a que fuese reconciliado en auto público,

q~i­

tándosele, en seguida, el hábito, i en confiscacion de bie–

nes.16

Listos ya los reos, fijaron los Inquisidores para la cere–

monia el

1.

0

de abril de

1578,

i por pregones que comen–

zaron a darse desde mas de un mes ántes, lo anunciaron

así a

Í~s

autoridades i al pueblo. El virei Toledo, por su

parte, dió provision para que un alcalde i dos rejidores

repartiesen los tablados que se levantaban en la

pl~za,

apesar de la tenaz oposicion que hizo el receptor Saracho,

u

y así los repartió, espresan los Inquisidores, dando a unos

demasiado sitio del que les debiera dar, y a otros consin–

tiéndoles hacer los tablados tan altos y mas que los prin–

cipales, i que se hiciesen muy allegados a los cadahalzos,

sin dejar entrada decente, y por agraviar mas a este Santo

Officio

y

a

J

oan de ·Saracho, como su receptor, mandó

pregonar que los que quisiese hacer tablados fuesen a que

se les señalasen sitios y los hiciesen

17 •

11

Llegó por fin el dia del auto.

u

El Virey y Audiencias y los Cabildos de yglesia

y

ciu–

dad y otra mucha gente vinieron a esta casa (de la In–

quisicion),

y

llevando el Virey en medio el Obispo de Quito

16. «Parece duro negocio éste,» decia Ruiz de Peado en

su

Relacion.

Córdoba i Urrutia

(Las tres épocas del Perú,

páj.

54,

reimp. de Odr.)

afirma que el Consejo mandó restituir a Quiñones su honor

i

hacienda:

ignoramos qué haya de verdad sobre lo primero, pero en

lo

de la ha–

cienda consta que importó mas de setenta mil pesos, que mas tarde

quedó reducida

a

poco mas de veinte; .que para su descubrimiento se

fijaron por el Tribunal edictos de escomunion, i que en virtud de una

tra.nsaccion que Saracho celebró con la viuda de Quiñones, que recla–

maba ·su dote, ingresaron en arcas del Tribunal proximamente siete

mil pesos. La correspondencia de Raracho está llena con la relacion de

las tramitaciones

a

que dió orijen este asnnto, constando de e11a que

Quiñones poseía la mejor biblioteca de su tiempo

i

que aunque se pre–

gonó muchas veces, no hubo quien ofreciese por ella mas de la tercera

parte de lo que valia. Véase especialmente su

Carta

de

25

de abril

de 1579.

·

17.

Relacion del

a,qravio

que el señor D.

Francisco

de Toledo,

etc.