Previous Page  96 / 462 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 96 / 462 Next Page
Page Background

CAP. IV-DE POTENCIA

Á

POTENCIA

87

requerir al Obispo para que dispusiese la entrega

de la Iglesia, y habiéndolo consentido, se notificó

nuevamente á Malina para que diese las llaves,

pues de lo contrario se forzaría la puerta de la Igle–

sia; y como Malina se negase todavía á ello, se

procedió

abrirla. Después de esto, Rabanera se

apresuró á celebrar misa.

El primer día de fiesta, que lo fué el domingo 31,

«estando diciendo misa mayor el ilustrísimo don

Rodrigo González, electo obispo de esta diócesis de

Chile, expresa el notario, y después de haber dicho

el Evangelio, habiendo predicado fray Gil, leí la

sentencia en alta voz, de suerte que la oyeron los

que presentes se hallaron.»

Malina, á pesar de todo, no se daba por venci–

do. Luego que vió que no podía quedarse en las

habitaciones anexas á la Iglesia donde vivía, envió

á la oficina Je un escribano

á

extender un podet' á

Jerónimo de Malina, su hermano, para que le re–

presentase en el juicio, y en seguida fué á buscar

asilo en el convento de la Merced.

Sin pérdida de tiempo redactó allí el siguiente

mandamiento:

«El licenciado Antonio de Malina, canónigo,

juez é vicario desta cibdad de Santiago é su juris–

dición, por el muy Magco. é muy Rdo. señor el

maestro don Francisco Paredes, arcediano, visita–

doré vicario general destas provincias de Chile, por

los muy Magcos. é muy Rdos. señores deán é cabil–

do de la Sancta Iglesia de la ciudad de la Plata, etc.,

hago saber á todo

los fieles cristianos, vecinos

é

moradores, estantes é habitantes en esta dicha ciu–

dad de Santiago, en cómo me consta, por bastante