CAP. IV-DE POTENCIA ;\. POTENCIA
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que el dicho licenciado Molina anda haciendo,
pido á V. R. lo mande prender y para ello invoque
el auxilio del braw seglar: y porque
á
mi noticia
ha venido quel dicho licenciado Molina y sus con–
sortes han hecho conspiración y conjuración para
prenderle,
á
V. R. pido, y requiero á V. R. mande
promulgar sentencia de excomunión mayor con–
tra todas las personas que saben de la dicha cons–
piración; si no lo vinieren diciendo y manifestando
ante V. R. dentro del término que le señalare, para
que sea castigado el dicho Molina dello y los demás
que se hallasen culpados.»
Rabanera no se hizo sordo
á
estas peticiones
y
en el mismo día excomulgó á Molina, invocando
otra vez el auxilio de Juan Jufré para que se fija–
sen los respectivos edictos en la Iglesia mayor, en
San Francisco, lil Merced, Santo Domingo y otros
lugilres públicos, como en efecto se hizo.
Las cosas iban enClrdeciéndose tanto que dos pa–
dres de San Francisco habían ido en personCl á la
Iglesia mayor á notificar antes á Molina; pero éste
luego que supo que iban á buscarle, se metió en
un aposento que estaba debajo del coro y desde allí
les gritó: «padres, teneos allá, no entréis acá:»
pero estos, sin darse por aludidos, hicieron que el
no.tario que les acompañaba le leyese los papeles
que llevaban.
Cuando terminaba la lectura, Molina arrebató al
notario el papel de las milnos y le advirtió que no
fuese á hacerle notificación alguna en adelante,
biljo pena de excomunión mayor.
Molina siguió, á su vez, fijando nuevos ceclulo–
nes, y como los volvieran á desclavar, el día trece