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INQUISICIÓN DE CHILE
vicario provincial de la Orden de Santo Domingo,
y es público y notorio, y que oyó decir á Juan Hur–
tado, escribano público, y á Alonso de Villadiego,
que les habfan notificado dos autos en que les
decía y mandaba el dicho licenciado Molina, que
no hablasen, ni comunicasen, ni favoreciesen al
dicho padre fray Gil, por cuanto era hereje; y que
sabe este testigo que venían con el dicho licen–
ciado Molina, el padre sochantre y el padre Juan
Fernández, y el padre Andrés Roca, clérigos, cuan–
do venían á prender al dicho padre fray Gil, por–
que los vió en su casa deste declarante con el
dicho licenciado Molina, y que sabe que á Pedro
de Secador le rogó se estuviese á la puerta deste
declarante, y que en viniendo allí el padre fray Gil
se lo hiciese saber, y que sabe esto porque se lo
dijo el dicho Pedro de Secador y que sabe este tes–
tigo que estando en cabildo con todos los demás
Regidores y Alcaldes, vino allí el dicho licenciado
Malina, y los requirió y pidió el auxilio para pren–
der al dicho padre fray Gil, y que entonces este
declarante y los demás señores de cabildo, llama–
ron á los dichos dos letrados, y le respondieron que
les diese firmado de aquellos dos señores letrados,
que lo podían hacer de derecho y que ellos esta–
ban prestos de dárselo; y que el dicho licenciado
Molina dijo á este testigo, antes que pasase nada
de lo dicho, que deseaba que hobiese eonservador, y
quel mismo Molina le dijo que se lo había rogado
al padre Guardián de San Francisco y al padre Co–
mendador de la Merced, y que daría porque lo
fuese cualquier dellos, cincuenta pesos de su bolsa
para este negocio; y que á este testigo le presentó