CAP. !-INQUISICIÓN AMERICANA
1.7
El15 de Mayo de ese mismo año de 1539, vemos
también que en el Cuzco, durante la misa ma–
yor, el provincial de los domínicos Fr. Gaspar de
Carvajal, «inquisidor por el muy reverendo y muy
magnífico señor don Fray Vicente de Valverde,
primer obispo destos reinos, subió al púlpito y des–
pués de acabado su sermón, dijo: «esperen un poco,
y
lo que dijo es:-
«El Obispo me escribió del Cuzco que porque le
habían dicho quel Señor Don Alonso Enriquez ha–
bía sido mucha parte
y
cabsa para los escándalos
y diferencias que habían habido entre los Señores
Gobernadores Don Diego de Almagro, (que sea en
gloria,) y el Señor Marqués Don Francisco Piza–
rro, á quien Dios Nuestro Señor dé vida, y quél
había hecho su información)
y
que había hallado
quel
S~ñor
Don Alonso no tenía culpa ninguna
de lo que le ponían,
y
que antes merecía corona,
por lo que había trabajado de conformallos.))9
Esto nos manifiesta, pues, que ya el primer
obispo del Perú ejercía, por sí 9 sus delegados, la
correspondiente j urisdiceión en cosas y casos del
Santo Oficio.
Consta igualmente que el arzobispo Loaisa en
1548, babia celebrado un auto ele fe para quemar,
por luterano, al flamenco Juan Millar.
lO
9
Medina,
Colección de Documentos,
t.
V,
pág.
129.
10 Calancha asegura qne «el santo arzobispo don fray Jerónimo de
Loaisa, domínico, celebró tres autos públicos antes que viniese el Tribu–
nal. El primero se hizo en el aüo de
15_!8,
en que fué quemado aquel
gran hereje luterano Juan Millar, flamenco.
,El
segundo en el ailo
de
1(j60,
y el tercero en el aiw
de 1565.»
Coránica,
pág.
618.
Tanto Lo–
rente
(Hist01·ia del Pe1·ú bajo la dinastía
austríaca-1542-1598,-