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INQUISICIÓN DE CI-IILE
cesar Valencia' en su cargo inquisitorial cuando
llegó á Méjico la misión de frailes domínicos que
llevaba Fr. Marcos Ortíz, en vista de que el puesto
de comisario de la Inquisición se consideraba anexo
á las funciones de los prelados de Santo
Domingo~
quienes, en efecto, continuaron ejerciéndolas, aun–
que al parecer sólo en el nombre, hasta que en
1535 el inquisidor general de España don Alfonso
Manrique, arzobispo de Toledo, concedió el título
de inquisidor apostólico al obispo de Méjico don
fray Juan de Zumárraga con facultades ámplias
para establecer el Tribunal, nombrar los demás
ministros y atender á los medios de proveer á su
subsistencia.
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Aquel prelado no creyó, sin embar–
go, llegado el caso de proceder al establecimiento
de la Inquisición, habiéndose limitado á celebrar
un auto de fé en que quemó vivo á un indio, señor
principal ele Texcaco, hecho bárbaro que le valió
una merecida reprensión de parte del Inquisidor
general.
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Con poderes ámplios para pesquisar y castigar
los delitos tocantes á la fé
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llegó más tarde á Nue–
va España el visitador Franeisco 'l'ello de Sando–
Yal, que sin duda á causa de los disturbios que
motivaron las
Nuevas Leyes
que iba á establecer, no
tuvo tiempo de ocuparse de su oficio de inquisidor.
De este modo, pues, de hecho, el Tribunal de la
Inquisición solo vino á establecerse en Méjico
como en el resto de América cuando así lo dis-
5 García Icazbalceta,
Don F1·ay Jtu¡,n de Zumá,¡•¡·a,ga,
documento
núm.
17.
6 !Uva Palacio,
1\léxioo
á
t1·aves de los siglos,
t .
II, pag. 410.
7
Cedula1·io de Puga,
t.
I, pág . '152. La comisión de Sandoval
lleva la fecha de 18 de Julio de 1513.