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INQUISICIÓN Dlll CHILE
que no lo eran, y los que lo eran se soldaban con
un poco de aceite.»
H
Si tanto en qué entender tuvieron en ese tiempo
las autoridades eclesiásticas del Perú) por lo to–
cante á la fé, las de Chile tampoco habían de per–
manecer ociosas; y ¡cosa singular! hubo de tocarle
tn.n extraña fortuna á una señora, doña Francisca
de Vega, mujer ele Pedro ele Murguía, cuya causa
se falló por el Ordinario en el mes de Julio de
1559.15
, Pero de quien sobre el particular nos quedan
ámplias noticias es de un vecino de Santiago lla–
mado Alonso de Escobar, cuya historia ha de me–
recernos capítulo aparte.
11
Ca1·ta ele 31 ele Ene,·o de 1570.
15
Los Inquisidores escribieron
á.
Espaita dando cuenta de que en
el archivo del Tribunal existían ciertas testificaciones contra. la reo,
y
que «por cuanto por ellas parecía, expresaban, que había informa–
ción hecha en Chile contra la dicha doíia Francisca, enviamos por ella,
y
al cabo de mucho tiempo se halló
y
se nos envió,
y
parece que se
ha sentenciada este proceso por el Ordinario por el mes ele J"ulio ele
1559,
y
así no hemos t1 atado clello.» Esto lo escribían los Inquisido–
res el año de
1581
y
es también la única referencia que conocemos
tocante á tan curioso proceso.