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CAP. IX-LOS PRIMEROS COMISARIOS

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en el Santo Oficio; y diga su dicho en

forma~

dan–

do razón del tiempo, y del lugar, y del delicto, y de

las personas que se hallaron presentes; y así en

este testigo primero como en todos, sea y es regla

general, de preguntalles si lo dicen por ódio ó ene–

mistad, y mandalles que guarden secreto, so pena

de excomunión mayor y de perjuros, y han de

firmar sus dichos el comisario

y

el notario y el

testigo.

«Iten, ha de tener el dicho comisario grandead–

vertencia que los contestes que diese mandallos

llamar uno á uno y examinallos cerca del dicho

negocio. En esta manera [seráJ primeramente pre–

guntado si sabe, entiende

ó

sospecha para qué es

llamado, y si dijese que no se le acuerda, hacerle

una pregunta general, si sabe

ó

ha oído decir á al–

guna persona alguna cosa que sea ó parezca ser

contra nuestra santa fé católica: si dijese que no,

preguntalle si se acuerda que estando en cierta

parte de tal ciudad, y nombralle la ciudad y no la

cierta parte, oyó decir de alguna persona tales y

tales palabras, poniendo las propias de que está

dado por conteste, y asentar lo que dijere, en

forma.

«lten, el dicho juez comisario no ha de exami–

nar á ningún reo, sino solamente inviar la testifi–

cación acabada de hacer, originalmente, con per–

sona de recado, al Santo Oficio; y si el tal reo

ó

reos viniesen ellos de su propia voluntad á decir

sus culpas, ha de rescibir sus confesiones y todo

lo que dijese y ponello en forma y enviallo al Santo

Oficio, juntamente con su probanza, sin le man–

dar parecer ante los señores Inquisidores, ni otra