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INQUISICIÓN DE CHILE
y
fiestas de guardar,
y
les absolvía de la culpa.
Digo que esto es error manifiesto
y
herejía,
y
en este
sentido lo abjuro
de levi
y
confieso que haberlo
dicho
y
hecho fué escándalo;
y
que lo dije incon–
sideradamente,
y
entiendo que no les puedo yo
ab–
solver ni dispensar, por no tener poder para ello;
y que algunos días les hice trabajar para sacar una
acequia de agua para sus sementeras, y algunas
fi estas trabajaron en mi casa.
<(Iten, confieso que dije que ningún clérigo de
los que estaban en aquella gobernación había teni–
do poder para adrÍlinistrar los sacramentos, ni ha–
bía valido lo que habían hecho, sino un clérigo
que yo había proveído, lo cual decirlo es error no–
table
y
herejía, que como tal la abjuro
de
levi,
y digo que lo dije sin consideración alguna, y
confieso que los sacerdotes proveídos por sus pre–
lados tienen abtoridad para lo susodicho, y los de
más nó.
«Iten, confieso que dije que no había otro Papa
ni Obispo sino yo. Digo que esta proposición así
dicha es herética; y me hice más sospechoso
de levz
en ella por haber dado un mandamiento y pregón
para que nadie hablase al Vicario; y confieso que
no pude dar el dicho mandamiento ni pregón, é
abjuro
de levi
por tal la dicha proposición, y en–
tiendo que ni soy Papa ni Obispo, ni tengo autori–
dad de ninguno de ellos; sino que lo dije con enojo
que tenía con dicho Vicario, é porque los que es–
taban debajo de mi gobernación me temiesen y
respetasen.
<<Iten, confieso haber mandado que al padre
Francisco Hidalgo, vicario que era á la sazón en