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E~

LAS ISLAS FILIPINAS

69

ctlel com·ento de San Ginés de Talavera

y

cole–

gial que habia sido del de San Gregario de Valla–

dolid, llegado en los anos de 1600 á Manila, donde

desempenó el priorato de su convento, al tiempo de su

elección de proYincial, en Mayo de 1629, era ya co–

tnisario del Santo Oficio en Filipinas, cargo en el

cual permaneció probablemente hasta su muerte,

oc.urrida el 9 de Agosto ele 1644.

r

Por los ailos de 1646, desempeñaba ese cargo en

Manila Fr. Domingo González, de la Orden del san–

to ·ele ·u nombre.

2

r. Para más detalles biográficos de este fraile, véase la

!listona

..Je

la Provincia

del

Rosado

de

Filipinas,

del P. Santa Cruz, en

la cual se le consagra por entero el capitulo XVII.

En la página 5gr del tomo I de la misma obra, escrita por Aduar–

te

y

añadida por González, se dan también noticias de la persona

de Herrera.

Y

ya que hablamos de esta obra, escrita, como las demás de s u

especie. con tanta incoherencia como falta de criterio, al par que

llenas de patrañas, transcribiremos, por tocar

á

las cosas de la In–

quisición,

y

en comprobación de esto último que decimos, el si–

g-uiente párrafo, que se halla contado en la página

5~

y

que corres–

'10nde á un suceso ocurrido el po. trero de Abril de r6o3.

«...

En nuestro convenio sucedieron dos cosas de mucha ponde–

·ación. La primera, que habiendo comenzado el fuego por una ca–

pilla de la cofradía de la Soledad, con la cual estaba junto el cuarto

jonde el comisario del Santo Oficio tiene su tribunal

y

guarda sus

papeles, sin más división que un tabique de nipa (que es de hojas

de palma silve ·tre,

y

como ye. ca para el fuego) salvando esta nipa

el incendio pasó al coqven(o, CU)'as paredes

y

divisiones eran de

piedra,

y

k abrazó, no ·e atreviendo á dañar cosas del Santo Ofi–

cio; sólo entró centro una centella que quemó unos papeles de he–

rejes que estaban

l>bre una me,sa,

y

la sobremesa que era de man–

ta de China, sin hacer otro daño, cosa que Yinieron á ver los veci–

nos de la ciudad, admirados del respeto que hasta este fuego tuvo

á

las cosas del Santo Tribunal,

y

el odio del Señor

á

papeles

y

cosas

de herejes ...

»

2.

Fr. Domingo González nació en Madrid, en

I573;

vistió el hábi-