EN LAS ISLAS FILIPINAS
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lo contra ellos testificado; pues todos los mandatos
de los prelado
no lo
pmlieron vencer
á
dejar el
trato y la comunicación de la Luisa de los Heyes,
y
lo~
necesitó la persevernncia y rebeldía
á
que los
desterrasen, y se infiere del lo con prudente juicio no
han prctcndiclo ni pretenden mas que procurar no
se scptl, procediendo en la causa lo que sintieron
y
creyeron dichos padres
y
el sentir en que se hallan,
tomando la ProYincia en
i
el impedir se sopa
y
aYcrigüo la YC'rclad, sólo con decir que tienen en–
mi.cnda, constituyéndose, como do lo actuado parece,
el proYincial
y
consultora , juez, calificadores
y
to–
do lo demá
que V. A.
y
us tribunales pudieron
di
cornil')' rc,olYer con
vi ~ ta
do los autos, ysi
á
c. tose
da
lugar,
ya.
considerará
V. A.
cómo se frus–
trará el On
y
juri ·clicciun que en
o]
Santo Oficio re–
sido;
y
es meilCqor todo cuidado con estos padres
porque mucha. Yeces publican afuera unas cosas
muy contraria,
á
la
que allá adentro acuerdan
y
dct
rminan,
y
en proporción dcsto sabemos, porque
á
alguno de nos lo ha dicho Diego
do
1violina, califi-
·aclor
1h
:-;te tribunnl, cómo cu su. consulta cuando
suele haberlas sobre
alguna ~
cosas que predican ·us
sug
'los
ó
en
mulo alguno se prenck,
y
se pro u me
::;cr la prisiún por '1 crimen de ::;olicitacióll
ú
otro
Cl11L'.i~1n!L',
lo clispul;ltt todo.
~·lo
regulares, si no hay
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ú
la m;mo, decir
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rt'soh·er que con
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ú
lot' prl'llic:adoret'. no s uccesario pa ar
á
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·iar.
y
cuanto
ú
los
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poner en pro–
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bi(·n t':\l'u::;;u· L'l denunciados. n'rundiendo en todo el
cnmún ddcmlet· ni p•u·titnlar.
y
como sabemos e:--