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LA
IKQUISICIÓ~
á
la Compaüía, dando
á
entender que todo lo parti–
cipaban
á
V. A.
y
al seüor inquisidor general Juan
Everardo;
y
como es.tos padres, cuando ·toman los
negocios de los particulares como propios de la re–
ligión, no dejan camino ni medio de que no se val–
gan, aunque sea desproporcionado, viendo el empe–
ño con que se mostraron en esta materia, nos par@ció
sobreseer su progreso con la noticia que publicaban
de que
á
V. A.
y
seiíor Inquisidor general la partici–
paban,
y
esperar que V. A. nos mandase decir lo
que en ella babia, para así obviar el desasosiego en
que los padres ele Filipinas
y
ele aquí se hallaban,
y
que su orgullo se templase
y
llegasen
á
considerar,
como deben, la prudencia
y
justicia con que en el
trilmnal del Santo Oficio se miran
y
ven los negocios
que en él dependen,
y
también cómo en ellos no se
procede arrebatadamento.
<< Y
aboraqueel Procuradorde la provinciade Fili–
pinas dió su memoria:!,
y
V. A. nos manda ptoceder
y
obrar en justicia,
y
que demos cuenta, cumpliendo lo
último, lo hacemos así, refiriendo todo lo substancial
de los autos;
y,
cuanto lo primero, cumpliremos nues–
tra obligación
é
iremos obrando el que los procesos
se formen contra cada uno de dichos padres,
y
aguardamos orden de
V.
A."para que, conforme lo
referido, nos la mande dar ele lo que pareciere se
obre, que eso ejecutaremos.
«Y
no excusamos proponer ··entimos c¡ue. aunque
di<.;en, según Ya referido,
(jUO
dichos padres Fcrnán–
dez
y
Xa.vier, cstún e1l mendados
y
clcscngaüado~
no consta.,
y
esto lo dicen sus mismos religiosos. pro–
curándolos salvar
y
lilnar,
y
antes se percibe sentir