EN LAS ISLAS FILIPIN.\.S
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había dicho qne Fallet. tenía muchos enemigos,
y
si
era efectiYo que en su tiempo le había quitado algu–
nos libros heréticos.
Y
junto con estas providencias,
dispuso que Alvarez dejase la comisaria, «en aten–
ción haberse advertido en los varios expedientes que
remitió, su intrepidez, celo indiscreto
y
poca reOec–
ción
y
formalidad en sus resoluciones
y
conducta,
y
con el recelo de que por su aYanzada edad pudie–
se habérsele debilitado la cabeza.>>
El nuevo comisario Fr. Bernardo de Ustariz
dió luego cuenta de haberse ejecutado la prisión
del reo en 20 de
Ago.~
to ele
1750,
con auxilio del go–
bernador, quien habiéndole mandado llamar a pa–
lacio, le dejó allí recado de que pasase al castillo
de Santiago, donde le esperaba con el alguacil del
Santo Oficio, a quien se lo ent1·egó, dejándolo en
el fuerte.
Del embargo que se hizo de los libros resultó
que con excepción de do.
1
que estaba11 prohibidos,
todos los demás eran de erudició11, historia, viajes,
matemáticas, en lenguas francesa, ingle a, flamen–
ca, latina, griega
y
espaiiola, que bien
á
las claras
revelaban la Yasta ilustración ele sn 3ULOI', sobre todo
si se con iclera ellug3r en que Yivía. En cuanto a
bienes, el roo tOIJia algunos c.réclitos incobrable
y
muchas deudas.
El obispo Arochedorra informó que era verdad lo
que se decía de los enemigos de Fallot, porque du–
rante el Liempo que había gobernado fué muchas
1.
Estos fueron:
I!isloria públicay secreta de la cot·te de Ma–
drid,
impresa en Lieja; Rapin,
Ecclesiastical and civil history oj
England. London,
I73I.